lunes, 15 de agosto de 2016

Experiencia bipolar sin alcohol: Parte XI



Esta serie pertenece a la obra 'La taberna: Una libreta para el recuerdo'

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3 comentarios:

  1. Muy bueno, expresas perfectamente lo duro que puede llegar a ser en esos momentos que te apetece tomarte algo, sea por el motivo que sea, pero vas por el buen camino, ya que ahora veras las cosas de forma diferente sin el velo del alcohol.
    Renuncias a muchas cosas pero vale la pena por lo que consigues.

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  2. ¿Quién no ha sentido alguna vez la llamada de algo que creíamos olvidado? Algún sentimiento que creías oculto, alguna afición de la que desististe, alguna persona a la que no querías llamar…
    Es comprensible pues que el Autor nos hable de ese sorprendente Monstruo y su capacidad de reinventarse y de subsistir sin aire, de ese retorno al camino andado y que no siempre se echa en falta.
    En cualquier momento, en cualquier lugar, el deseo aparece. Y uno no siempre es tan fuerte como aparenta o como desearía. La apetencia por el alcohol y cómo su ingesta retuerce recuerdos, sentimientos y la propia realidad debería ser un punto a tener muy en cuenta. Un pequeño desliz, un pequeño traspiés, un mal día o un estado de ánimo confuso pueden llevarte a perder todo lo construido. Y el hecho de creer ver en el resto de la gente matices que el alcohol les aporta y tú has vivido, recuerdos sesgados o irreales, o la baja tolerancia a la frustración que se nos menciona pueden acabar de diseñar la trampa mortal que te lleve de nuevo al infierno. A perderlo todo. A volver a empezar.
    Pero como ya se ha comentado en otra ocasión superar esta ansiedad, comprenderse a uno mismo y conocer las cartas que estás jugando y las que ya has perdido, son esenciales para una correcta progresión en esta lucha desigual. Cuando sobrevives a un viaje tan exigente y demoledor no puedes sino considerarte un luchador. Y es loable. Pero eso no quita que como cualquier hijo de vecino puedas volver a recaer….
    Pero si consigues extraer lecciones de las caídas y aplicarlas en cualquier momento, en cualquier lugar, puedes considerarte un sabio.
    Y un luchador sabio es difícilmente vencible.
    La última frase del escrito, “Una pelea continua por la estabilidad” es el mejor resumen posible que Víctor puede hacernos, ya no de esta entrega… también de la serie en sí.

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  3. Los despertares súbitos de madrugada son fríos, diáfanos , casi siempre terribles. Una extraña sensación de hiperrealidad acompaña muchas veces ese estado, donde descubres extrañado que tu cerebro trabaja a toda velocidad. Cierto es que lo está haciendo pero no deberíamos despertarnos ya que ese trabajo no está encaminado al consciente. Condicionantes como este ponen a prueba la estabilidad de cualquiera, pero un deseo irrefrenable de cualquier sustancia adictiva empeora mucho la situación. A lo largo de estos artículos se intuye y finalmente se constata el tremendo esfuerzo del Autor por batallar sin tregua en pos del ansiado equilibrio. Poderosas razones a favor se ven cruelmente condicionadas por la aparición al principio, afortunadamente, de continuos ramalazos subconscientes que pugnando por el control emocional llenan de recuerdos y vivencias distorsionadas la percepción esperando la caída y la consecuente ingesta. Si de por sí es ya una lucha titánica en condiciones "normales" se multiplica por n, siendo n las veces que queramos, el esfuerzo y la tremenda fuerza de voluntad que nos demuestra Víctor. Efectivamente es una lucha continua por mantener la estabilidad y jamás deberá bajar la guardia, pero está triunfando en la fase más aguda y peligrosa, donde mucha gente recae, y esa lucha posibilita que su ingenio y capacidad analítica, según mi humilde opinión, crezcan día a día. Los artículos seguirán pero él ya no está solo y lo acompañamos en ese viaje alucinante. Saludos

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