EXTRACTO
DE LA LIBRETA: Romanticismo
No recordar a nadie
con quien haya tenido una relación estrecha es algo que, pienso,
enlaza con la primeriza sensación de haber dejado atrás que en
ocasiones nos acompaña en nuestros primeros compases de vida.
Al menos en el
aspecto más romántico del concepto.
No me resulta
extraña la tesitura de verme, ya no fantaseando acerca de las
infinitas vidas alternativas que uno puede albergar en el variable
tejido espacio temporal que nos contiene, sino disfrutando y
sufriendo simultáneamente el gozo y el vacío que reporta la
sensación de que quizá, en algún punto de nuestra existencia,
hemos dibujado una sonrisa en nuestro corazón al dar con la energía
adecuada.
No me refiero a persona, alma o ser puesto que en
dicho tejido son tantos los misterios que resultaría pretencioso
extrapolar la identidad tal cual la concebimos en nuestra vida mortal
a un ámbito tan colosal y, al mismo tiempo, precioso en el concepto
de su sencillez.
La energía que
desprendemos puede encontrar en otra fuente el recipiente recíproco
en el que danzar durante una maravillosa porción del tiempo pasajero
con el que se pueda contar.
Las probabilidades
de que esas dos fuentes de vida se encuentren en la inmensidad
resulta tan nimia que la esperanza de una lotería resultaría
excelsa en comparación.
No obstante ahí
radica lo bonito.
Ahí brilla lo
especial.
Tengo la sensación
permanente de que me he desprendido de algo que me es de gran valor,
ahí donde el valor realmente importa.
Ignoro si ha quedado
atrás antes incluso de que llegase a este mundo, o si mi reciente
pérdida de memoria hace que se haya quedado a la vuelta de la
esquina en mi pasado reciente.
El caso es que ese
hecho me hace reflexionar acerca de la naturaleza de mi Amor. Así,
escrito con mayúscula, pues en la amalgama de identidades que parece
conquistar esta libreta ese personaje no puede faltar.
Amor, una bella
hermafrodita tatuada de aura tan torturada como soñadora.
Me dice que nunca
hay que perder la esperanza.
Que aunque la
oscuridad de la noche que representa el sueño en el que quizá
vivimos, es el brillo de nuestros deseos más nobles lo que da mayor
sentido al curso de la historia universal.
¿Dónde estás?
Me
pregunto una y otra vez.
Lo hago desde que he
perdido la memoria, dejando este texto escrito con el corazón en un
puño a modo de brújula en lo que sea que el extraño futuro me
reserve.
Lo hice, de hecho,
nada más llegar al mundo.
Esa energía que ha
de encajar en el quebrantado puzle de mi mundo interior, regando con
las gráciles aguas del manantial de su existencia el sediento pozo
que supone mi ansia por amar plenamente.
Olivia se encontraba inmersa en la lectura de ese primer escrito de
la libreta tras la reciente pérdida de memoria.
Joel pensó que
mejor que lanzarse a una disertación referente al contenido de lo
que venía a ser la forma física de su mundo interior, sería como
matar varios pájaros de un tiro el dejarle leer algo que, por qué
no, bien podía en una inmensa casualidad ir dirigido a ella.
Trataba de no
obsesionarse con ello, pero quizá nervioso como estaba, el
contemplar la reflexiva y relajada pose de Olivia, recostada en una
de los cómodos asientos de la taberna, derivaba en que cada vez que
ésta apartaba en un fino movimiento los cabellos que caían sobre su
rostro sintiese un sorpresivo cosquilleo en la boca del estómago.
Estaba concentrada y
Joel apenas lograba trascender interpretación alguna de qué le
estaba haciendo pensar su texto. Qué le estaba haciendo sentir.
Si es que estaba
provocando algún tipo de reacción.
La inseguridad
causaba mella en su interior, arrojando una condición temerosa a la
posibilidad de ser rechazado por esa chica que, paulatinamente, más
y más guapa le parecía.
Por fuera y por
dentro.
Mientras la mirada
de Olivia se deslizaba por las palabras de la libreta de Joel, quizá
por momentos asociándose a un ir y venir de fruncimiento y
relajación del ceño, éste, sin saber por qué, de modo espontáneo,
fue estirando su mano hasta acariciar el dorso de la que Olivia tenía
libre apoyada sobre la mesa.
Me puse cómoda para
leer aquel extracto de su libreta. Consiguió hacer que me relajara
al saber que él atravesaba por una situación remotamente parecida a
la mía, pero también que mi cuerpo se tensara al recordar por lo
que casi acababa de pasar.
No era moco de pavo,
la verdad.
De vez en cuando mis
ojos iban del papel a sus ojos, que me miraban tan intensamente que
algo en mi interior se removió. No sabía si por los recuerdos o
porque me transmitía algo extraño. Leer algo tan personal de
alguien a quien tenía delante no era algo que solía hacer a menudo.
—Es precioso...
Ojalá a mí, en algún momento, me hubieran escrito algo así
—comenté cuando terminé de leerlo.
Porque aunque
aquellas cartas eran preciosas, no expresaban lo que yo sabía que
Víctor sentía por mí...
¡Y vuelta la
burra al trigo!
Cerré la libreta
con una mano y la posé sobre la mesa, acercándola después a Joel.
—Me siento muy
halagada por haber tenido la oportunidad de leerlo, de verdad.
Entonces reparé en
su mano sobre la mía y en aquella mirada que parecía atravesarme,
pero en el buen sentido. ¿Debía sentirme bien? ¿Mal? ¿Avergonzada?
No lo sabía y tampoco aparté mi mano para averiguar qué se movía
dentro de mí. Quizá eran los recuerdos, que querían jugarme una
mala pasada, y como estaba en aquel lugar mi mente pensaba que no
sucedería nada porque me dejara llevar. ¡Seguro que se trataba de
eso!
Finalmente retiré
la mano despacio para que no pensara que me incomodaba aquel
contacto. Todo lo contrario. Pero para mí era como tocar el fuego,
sabía que podía quemarme si dejaba que mis emociones y mi razón se
pusieran de acuerdo.
Entonces vi cómo la
decepción asomaba a sus ojos.
—Lo siento,
Joel... No estoy preparada aún para este tipo de cosas.
Aunque realmente no
estaba segura de que eso fuera cierto. ¿Y si solo intentaba
convencerme de ello? Podía ser una opción bastante válida. Sobre
todo teniendo en cuenta que lo de Víctor estaba muy reciente.
—Supongo que la
culpa es mía... —dijo él.
Su voz sonaba
apagada en mis oídos. ¿Ya la había cagado? ¿Como siempre hacía?
Fruncí el ceño, no por él, sino por lo que pasaba por mi cabeza.
—No te preocupes,
de verdad. —Extendí mi mano para tomar su mano y acariciar su
dorso—. Es solo que no paso por un buen momento, tú no tienes la
culpa de nada.
Sonreí sincera. El
error había sido solo mío.
Me levanté de la
silla y la arrastré para situarme al lado de Joel. De esa forma
esperaba que se relajara un poco y dejara de pensar en lo que fuera
que su mente le mostraba. La peor arma contra nosotros mismos que
podíamos tener.
Ya me había
acomodado cuando algo nos sorprendió. La taberna quedó en silencio
y completamente a oscuras.
Y a pesar de eso,
nuestras miradas seguían puestas el uno sobre el otro.
Podéis leer tanto este como el resto de capítulos en
No se que decir, hoy es Halloween y si tengo que ser sincera, mi cesto casi no tiene caramelos....quiero más.... será que casi siempre leo al anochecer y hoy lo hago bajo un sol reluciente.... será que me sorprende está faceta de Joel y que Olivia me intriga y quiero conocerla....
ResponderEliminarTratamos de mantener idéntica proporción de texto en cada capítulo así que si en esta ocasión te has quedado con tantas ganas de más... ¡No puedo hacer otra cosa que alegrarme por ello!
EliminarMe alegra mucho que te haya sorprendido la faceta que vemos de Joel y te garantizo que sabrás más cosas de Olivia, pues conociendo a Rocío a buen seguro se saca de la chistera estupendas salidas y reflexiones de ella.
De todos modos, como te vas a leer Ritual, tienes en el horizonte tanto su mundo interior como el que la rodea :)
Por otro lado bien es cierto que has leído muchísimo mío en tiempo récord, de modo que estos capítulos de 'Un ritual en la taberna' deben ser como esos caramelos que tanto añoras en tu cesto, sabrosos aunque bien breves... Tranquila, muy pronto tendrás más :D
Un abrazo fuerte y gracias por leer y comentar Victoria
Que sepas que ya tengo "Ritual"...fresquito y listo para engullir....un abrazo....
EliminarNo te arrepentirás :D
EliminarUoooo, deja con ganas de mas, pobre Joel T__T esperemos que recupere su memoria y que Olivia este mejor cambien, y si se tienen que "ayudar" (jujuju) entre los dos...¿por que no? XDD
ResponderEliminarTengo ganas de ver el siguiente ^^
Jejeje ¿Acontecerá la atracción?
EliminarHay muchas puertas abiertas que los dos capítulos que restan deberán cerrar... Esperemos que manteniendo el nivel.
Pronto el cuarto, ¡Gracias por seguir y comentar!