lunes, 3 de octubre de 2016

Los personajes de 'La taberna' presentan la obra





– Menudas vistas. – Resolución admiraba solemne un horizonte donde el crepúsculo dotaba a una sierra de lejanas montañas de los mismos grises azulados del cielo y el mar que las enmarcaban.
En su mano recostada con elegancia en los pantalones de su traje, un cigarrillo al que apenas había pegado un par de caladas se consumía.
Una suave brisa hubiese mecido su cabello, de no ser por la gomina que, como siempre, lo peinaba hacia atrás dejando relucir una frente despejada con unas entradas que se insinuaban.

El cabello que sí ondeaba al agradable y moderado viento, era el contenido en la rubia coleta de su acompañante en esa improvisada conversación.
Rectitud, que por toda respuesta a su comentario se había limitado a mostrar sus colmillos verdaderamente puntiagudos, permanecía de brazos cruzados también contemplando la estampa del paisaje.

En la noche que se cernía sobre la casa de playa, un farolillo dotaba con su luz de calidez a la terraza en la que se encontraban.
– ¡Vamos, chicos, dejad de estar tan aburridos, tenemos algo que celebrar! – La grave pero simpática voz de un tercer individuo rompió la serena calma en la que Resolución y Rectitud habían estado inmersos. Experiencia se acercaba por detrás con una jarra en cada mano, apoyadas en la prominente barriga que delimitaban los tirantes verdes que agarraban sus pantalones anchos.

La música sonaba desde el interior de la casa.
Era una música marchosa, rockera, que contagiaba buenas vibraciones.
Tal afirmación carecía de debate posible si se tenía en cuenta a la niña que, desenfadada, se movía al son de las melodías jugueteando con la gata de Joel.
El atuendo de Ilusión para la ocasión consistía en un diminuto vestido color turquesa cuyos volantes ondeaban a cada paso de baile que la niña improvisaba.
Cuando la gata quedó colgando de ellos, provocando la divertida histeria de Ilusión, Esperanza dejó escapar una elegante carcajada.

La mujer que siempre acompañaba a Ilusión lucía esa velada un rostro de facciones relajadas, una mirada soñadora que brillaba y una sincera sonrisa que no terminaba nunca de desaparecer de la comisura de sus labios.

– ¡Joel, sal aquí de una vez! – La voz de Experiencia se hizo escuchar por encima de la música y el lejano sonido del oleaje que terminaba su viaje en la arena de las playas más cercanas.

Un tiempo después todos se encontraban reunidos entorno a un espléndido banquete. Hablaban de un libro que iba a ver la luz en breve.
– ¡El monstruo del lago también debería estar aquí! – Las palabras de Ilusión brotaban peinando todo aquello que se le venía a la cabeza. La desaprobadora mirada que le lanzó Esperanza se produjo al mismo tiempo que una rápida colleja propinada por parte de Rectitud, lo que despertó las risas de todos.
Las anécdotas no paraban de sucederse una tras otra, pese a que Joel guardaba el mismo silencio que le había caracterizado durante buena parte de la jornada.

Tras él, la luz del farolillo quedó momentáneamente eclipsada, proyectando una sombra de lo que parecía una alta figura encapuchada en el suelo de la amplia terraza.
– Mira quién ha venido también… – Resolución hizo un gesto con la cabeza, a modo de saludo, mientras dirigía esas palabras a la posición donde Conciencia ponía sus oscuras manos, extrayéndolas de su gran túnica, en los hombros de Joel.

– Deberíamos brindar. – Experiencia súbitamente se puso todo lo solemne que pudo, y mientras se aseguraba de que todo el mundo tuviese en su jarra una buena dosis de su brebaje, posó su vista en Joel.
Al poco todos los presentes hicieron lo mismo.

Joel inspiró sonriendo ante lo que le rodeaba.
Se levantó de su silla y, alzando la copa, aguardó antes de hablar a que Esperanza e Ilusión, Rectitud, Resolución y Experiencia lo imitasen.

– ¿Eres consciente de lo que simboliza la publicación de nuestro libro? – La voz de Conciencia, en esa ocasión, solo pareció escucharla el joven.

Habló en tono firme y sin vacilar.
Trataba de no detenerse en nadie en concreto al dejar salir sus palabras.
Quería que fuese un brindis de todos.
– Por la taberna y su libreta para el recuerdo, que pronto verá la luz. – Ese momento coincidió con el clímax del tema que sonaba, y mientras todos alrededor de la mesa celebraban, tras el brindis, el anuncio emitido por Joel, a éste la visión pareció difuminársele mientras sopesaba las palabras de Conciencia.

No obstante, se sentía bien.
La publicación de ese libro le hacía tanta o más ilusión que al resto.






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2 comentarios:

  1. Muy bonito y una buena introducción, Ya que inspira y te dan ganas de leer dicho libro por lo poco que comentan y las emociones que inspiran.
    A ver si dentro de poco acabo las ilustraciones >w<

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    Respuestas
    1. Wow pues es fantástico que te hayan entrado ganas de leer el libro con unos personajes tan 'problemáticos' como los que nos ocupan...
      En cuanto a las ilustraciones, lo importante es que sigan quedando tan bien como las que llevas dibujadas, ¡Ánimo con ello!
      En breve saldrá una entrada dedicada a tus ilustraciones en 'La taberna' ^^

      ¡Un beso Silvia!

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