Creé ‘Un universo en palabras’, mi blog de autor, hace ya año y medio, a
primeros de 2015, con el objetivo de dar un espacio a mis obras
publicadas, que por esas fechas gozaban de la publicación de ‘Mago’
en Amazon.
No ha sido sin
embargo hasta hace apenas cuatro meses que decidí volcarme en el
mimo y cuidados de este espacio tan personal mío.
Casi 80 entradas he
generado para el blog en este breve tiempo, y puedo decir que se ha
tratado de una experiencia de lo más enriquecedora y gratificante.
Uno de los
resultados de mi trabajo ha sido la reciente marca en cuanto a
páginas vistas de 10000 visitas.
Es algo que me ha
hecho ilusión, y por eso he querido compartirlo con todo@s vosotr@s con una breve historia acerca
de un hombre, un cielo estrellado y… Una pequeña criatura.
Espero que la
disfrutéis, del mismo modo que espero hayáis disfrutado y vayáis a
disfrutar de mi pequeño gran universo… Un universo en palabras.
10000 estrellas
fugaces
Todas las noches el
niño ascendía a la colina para dedicar un buen tiempo a contemplar
el cielo nocturno.
Fue ahí donde
saboreó por vez primera la sensación de ver como una estrella fugaz
surca a toda velocidad los cielos estrellados.
Con los años la
vida fue arrojándole el característico torrente de problemáticas
que la caracteriza.
Ya habiendo crecido,
el hombre ya no acudía a lugar alguno para contemplar el espectáculo
que una vez le embargó.
Se encontraba
enfrascado en la construcción de un observatorio, en el que la
esencia del periplo de los cometas podía quedar registrado en forma
de instante digital.
Una noche, una
pequeña criatura se asomó por detrás de la pantalla de su
ordenador, y con una chulesca pose se señaló a sí mismo añadiendo:
– Me llamo Don Gadget.
El hombre se lo
quedó mirando, escuchando sus historias acerca de las muchas
posibilidades que ofrecía hallarse en su compañía.
Don Gadget escalaba
la pantalla para lanzarse a amenas explicaciones acerca de como
aprovechar todo el potencial que su presencia ofrecía.
En seco, con la
vista algo cansada, el hombre se reclinó en su asiento y miró por
la ventana encontrándose con un universo sobre él.
De repente los
recuerdos de su infancia en la colina relampaguearon en su mente y,
lo más importante, despertaron en su corazón.
Don Gadget, muy
atento a las reacciones del hombre, le obsequió con una utilidad
para ver cuántas estrellas fugaces habían cruzado los cielos encima
de su observatorio en el tiempo que éste estuvo en construcción.
Le dijo que, más
que estar atento a la pantalla, siguiese mirando al cielo mientras él
la activaba.
De repente, una tras
otras, casi al unísono, ahí estaban.
Eran cientos, miles
de estrellas fugaces que arrancaron la más sincera sonrisa de un
hombre dedicado con pasión a su trabajo.
Don Gadget sonrió
cerrando sus puños pequeñitos y apoyándolos a ambos lados de su
cintura. Con las piernas ligeramente abiertas, alzó el mentón y
finalizó junto con el último cometa:
– Espero que hayas
disfrutado de tus 10000 estrellas fugaces.
– ¿Nos veremos
otra vez, Don Gadget? – El hombre pronunció estas palabras con
tono alegre, quizá algo apesadumbrado por la partida de su nuevo
aliado.
– Algún día, si
sigues así, es posible que desde este observatorio puedas contemplar
otra noche estrellada como ésta. ¡Hasta entonces! – La criatura,
tras esas palabras, realizó una pirueta aérea y desapareció tras
la pantalla.
En ella, un nuevo
contador brillaba.
El hombre leyó la
cifra que ponía en él.
Un total de más de
10000.
Enhorabuena por las 10.000 visitas!! Un saludo
ResponderEliminar¡Muchas gracias Keren!
EliminarSaludos :)
Felicidades por esas 10.000 visitas ^^. Y que mono el relato, a ver si pronto vuelve el Don Gadget ^^
ResponderEliminarJajaja ¡Gracias Silvia!
ResponderEliminarLe haré saber a Don Gadget que te parece mono, espero hacerlo pronto :D
Un encanto Mr. Don Gadget... estoy segura de que recibirás sus visitas con frecuencia.
ResponderEliminarJajaja gracias Victoria, esperemos que así sea :D
Eliminar