sábado, 29 de octubre de 2016

10000 estrellas fugaces





Creé ‘Un universo en palabras’, mi blog de autor, hace ya año y medio, a primeros de 2015, con el objetivo de dar un espacio a mis obras publicadas, que por esas fechas gozaban de la publicación de ‘Mago’ en Amazon.

No ha sido sin embargo hasta hace apenas cuatro meses que decidí volcarme en el mimo y cuidados de este espacio tan personal mío.

Casi 80 entradas he generado para el blog en este breve tiempo, y puedo decir que se ha tratado de una experiencia de lo más enriquecedora y gratificante.

Uno de los resultados de mi trabajo ha sido la reciente marca en cuanto a páginas vistas de 10000 visitas.

Es algo que me ha hecho ilusión, y por eso he querido compartirlo con todo@s vosotr@s con una breve historia acerca de un hombre, un cielo estrellado y… Una pequeña criatura.

Espero que la disfrutéis, del mismo modo que espero hayáis disfrutado y vayáis a disfrutar de mi pequeño gran universo… Un universo en palabras.




10000 estrellas fugaces


Todas las noches el niño ascendía a la colina para dedicar un buen tiempo a contemplar el cielo nocturno.
Fue ahí donde saboreó por vez primera la sensación de ver como una estrella fugaz surca a toda velocidad los cielos estrellados.

Con los años la vida fue arrojándole el característico torrente de problemáticas que la caracteriza.
Ya habiendo crecido, el hombre ya no acudía a lugar alguno para contemplar el espectáculo que una vez le embargó.
Se encontraba enfrascado en la construcción de un observatorio, en el que la esencia del periplo de los cometas podía quedar registrado en forma de instante digital.

Una noche, una pequeña criatura se asomó por detrás de la pantalla de su ordenador, y con una chulesca pose se señaló a sí mismo añadiendo: – Me llamo Don Gadget.

El hombre se lo quedó mirando, escuchando sus historias acerca de las muchas posibilidades que ofrecía hallarse en su compañía.
Don Gadget escalaba la pantalla para lanzarse a amenas explicaciones acerca de como aprovechar todo el potencial que su presencia ofrecía.

En seco, con la vista algo cansada, el hombre se reclinó en su asiento y miró por la ventana encontrándose con un universo sobre él.
De repente los recuerdos de su infancia en la colina relampaguearon en su mente y, lo más importante, despertaron en su corazón.
Don Gadget, muy atento a las reacciones del hombre, le obsequió con una utilidad para ver cuántas estrellas fugaces habían cruzado los cielos encima de su observatorio en el tiempo que éste estuvo en construcción.

Le dijo que, más que estar atento a la pantalla, siguiese mirando al cielo mientras él la activaba.

De repente, una tras otras, casi al unísono, ahí estaban.
Eran cientos, miles de estrellas fugaces que arrancaron la más sincera sonrisa de un hombre dedicado con pasión a su trabajo.

Don Gadget sonrió cerrando sus puños pequeñitos y apoyándolos a ambos lados de su cintura. Con las piernas ligeramente abiertas, alzó el mentón y finalizó junto con el último cometa:
– Espero que hayas disfrutado de tus 10000 estrellas fugaces.
– ¿Nos veremos otra vez, Don Gadget? – El hombre pronunció estas palabras con tono alegre, quizá algo apesadumbrado por la partida de su nuevo aliado.
– Algún día, si sigues así, es posible que desde este observatorio puedas contemplar otra noche estrellada como ésta. ¡Hasta entonces! – La criatura, tras esas palabras, realizó una pirueta aérea y desapareció tras la pantalla.

En ella, un nuevo contador brillaba.
El hombre leyó la cifra que ponía en él.
Un total de más de 10000.



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6 comentarios:

  1. Enhorabuena por las 10.000 visitas!! Un saludo

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  2. Felicidades por esas 10.000 visitas ^^. Y que mono el relato, a ver si pronto vuelve el Don Gadget ^^

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  3. Jajaja ¡Gracias Silvia!

    Le haré saber a Don Gadget que te parece mono, espero hacerlo pronto :D

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  4. Un encanto Mr. Don Gadget... estoy segura de que recibirás sus visitas con frecuencia.

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