lunes, 21 de diciembre de 2020

Reseña de 'El Símil: Días de Rebeldía y noches monstruosas' (Litzy Martínez)

 



Reseña de 'El Símil: Días de Rebeldía y noches monstruosas

por Litzy Martínez



Rebeldía vuelve a hacer de las suyas en esta entrega, esta vez abriéndose paso entre las filas del círculo del autor y reclamando el papel de protagonista. Debo decir que esperaba ansiosa este nuevo cambio de foco, para ver con un lente diferente las aventuras que Victor nos trae desde el barullo de cintas de películas. Rebeldía se enreda esta vez en una serie de viajes entre dimensiones en las que se pone en tela de juicio más de una vez su cordura. Esta entrega ha sido de las mejores de la saga, en mi opinión, siendo por mucho de mis favoritas, alcanzando y dejando atrás a El Símil. En parte, porque Víctor tomó lo mejor del mismo, sus mejores ingredientes, para crear esta verdadera obra de arte.

 

Son Experiencia, Resolución y Rectitud las almas que giran entorno a la indómita Rebeldía y su búsqueda de respuestas a través de los pasillos oníricos de las dimensiones alternas. Personajes que más que simplemente seguirla, están dispuestos a luchar por ella, su superiora, hasta dar su vida con tal de lograr sus fines. Mostrando una lealtad que enternece y un valor que solo se puede encontrar en los mejores soldados o los verdaderos amigos. 

Víctor introduce en este entrega otro personaje. Uno nuevo, complejo, que más que un ente individual parece el nuevo rostro de otro ser antes conocido. Aunque no se compara con el principal antagonista, que también hace su entrada triunfal en una esquina de la obra, tiene perfectos tildes de bastado que haya llegado a leer entre las letras de Víctor. Y me encantó. Desde sus inicios hasta sus finales. 

 

Los días de Rebeldía fueron, en su mayoría, luminosos y llenos de la tan característica espontaneidad de ésta maravillosa mujer. Pero vemos que en las noches monstruosas, nunca mejor dicho, la oscuridad mortal llegaba a intimidarla y aturdirla. Tocando las fibras más sensibles de la chica hasta un pasado tan lejano, escondido, casi utopicamente irreal que espanta, da escalofríos y abre la puerta a la posibilidad, quizá, de un futuro mejor. 

 

 

Aunque éstas páginas vuelvan a estar escritas con sangre inocente y no tan inocente, no por ello deja de ser tan avasalladoramente fascinante. Vemos en la protagonista un renacer maravilloso en cada capítulo, como si en cada ocasión se viese obligada a mostrar más de sí misma para afrontar los golpes que la vida le lanza. Simplemente alucinante. 


¡Por más días de Rebeldía!







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RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR' (Litzy Martínez)

 



RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR'

por Litzy Martínez


Describiría El Símil, como una historia bella, exquisitamente trabajada desde el principio hasta el final de cada universo cinematográfico, cada pequeño detalle es abordado de una forma poética y dramática pero sin dejar de ser teatral precisa y con un gusto a realidad. 

Y las similitudes tan acertadas y chocantes que se imprimen en cada capítulo de esta novela.Una obra que evoca un torbellino de sentimientos encontrados, para mí ha  sido un deleite leer, por no decir vivir, cada acontecimiento al lado de Tylerskar y los demás personajes. Confieso que a lo largo del desenvolverse de cada universo, la intriga y la incógnita no me dieron tregua hasta que llegaba a la palabra fin, que siempre me resultó impredecible y ciertamente doloroso en ocasiones como dulce en otras.

Fuera de lo estético, puedo decir que no es una obra amable, no, para  nada. Este conjunto de magníficas historias literariamente  cinematográficas, no son una lectura que se deba tomar a la ligera. Es una obra que te lleva a lugares tremendamente  distintos unos de otros, cada uno con su similitud con la cruda realidad  de la bipolaridad.

 

Su crudeza y complejidad así como su suavidad y sencillez plasman  sentimientos, sensaciones, experiencias y personajes inolvidables que en  ocasiones me hicieron despertar como en otras palidecer y replantearme mi propia filosofía de vida. Siento que varias de esas partes, tan perfectamente estructuradas, han  sido como una bofetada en muchos sentidos para mi enclenque conocimiento  sobre este mundo de la salud mental. Me ha sacudido y destruido de  diversas maneras y doy sus merecidas felicitaciones a su autor por  hacerlo de la mejor forma. 

He llegado a comprender el vínculo entre la osada Rebeldía y el,  ciertamente incomprensible a veces, Tylerskar. He llegado a amarlos a  ambos tanto como a admirarlos por sus aventuras que se transmutan a desventuras (y viceversa) con el paso de los versos de la forma más impecable y acertada. 

 

A través de los laberínticos pasillos de esta obra multivariante, y para mí sorpresa, he encontrado a Victor. He llegado a entenderlo escasamente, ya que aún me hiere decir que no me siento a la altura de la profundidad que sus palabras contienen. Aún no llego a internarme por completo en la mente imposible e  insaciable del Monstruo, a pesar de sentirlo tan irracionalmente  familiar. Sus acciones y su poder sobre Tylerskar que cae en sus redes  de la misma forma como le da caza al lado de la indómina Rebeldía. 

El símil, me ha dejando perpleja y me ha sumido en reflexiones sobre mi  propia forma de vivir mi vida y de la manera en la que yo también intento escapar de ella creando mundos y universos utópicos para mi propia diversión. Me ha hecho entender y escudriñar en mi propia conciencia en busca de  esa tan ansiada comprensión sobre mi propia naturaleza. Sobre la  naturaleza de cada uno de nosotros, bipolares o no. 

Me ha dejado, como no, patidifusa en todo sentido. Porque aunque imagino que la finalidad de la obra es acercar al lector al punto de comprender un poco más la vida del enfermo mental, también hay pequeñas cosas, guiños, pistas, secretos y sorpresas. Cada capítulo encierra un problema y una enseñanza, una bofetada de realidad a través de un mundo de fantasía.

 

Esta obra pasa por mi vida dejando un vacío más grande  de lo que me imaginaba que sería. Y doy fe del impacto que ha producido en mi persona. 

No soy la misma que al iniciar esta inolvidable lectura como tampoco soy aquella que comenzó a entender a su autor. Victor de pinceladas precisas al lienzo de nuestra realidad con esta fantasía cinematográfica. Acercándose, por no decir rozando, la perfección en sus letras. 

Una lectura muy recomendable, me atrevería a decir que es obligatoria no  sólo para aquellos mortales que desean comprender más acerca del  trastorno bipolar, sino para todas esas personas que están atrapados en  un callejón sin salida e intentan escapar de sus Monstruos. 

Esta obra es para aquellos que están aún en busca de una Rebeldía que  los lleve de la mano hasta el final. Aquellos que necesitan la risa de  experiencia y su fraternal sonrisa, la extraña lógica de Resolución y su  espontaneidad.La imparcialidad de Rectitud y los arrullos de Esperanza.  O por el contrario, la infantil inocencia de Ilusión.

Creo que esta obra no es sólo para los Tylerskares y Rebeldías que vagan por el mundo. Sino también para los Monstruos y ciertas Conciencias que carecen de luz en sus existencias.

 

¡Por más días de Rebeldía!



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RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR' (Silvia Gual)


 

RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR'

por Silvia Gual



Hola a todos.

Nos encontramos con esta nueva novela de Víctor, que es bastante diferente a lo que ya tiene publicado, pero que me gusto gratamente, la verdad.

Nos adentramos en el Símil, un libro que se compone de varios relatos inspirados en películas de los mas variadas y nos podemos encontrar de todo tipo, acción, misterio, drama… Así que no se hace repetitivo y es fácil engancharse a ellos.

Lo que tienen en común estos relatos son los personajes, ya que esta protagonizado por Rebeldía, Tylerskar y el monstruo, que seguro de que si has leído la taberna te sonara alguno.

A través de los relatos vemos como van evolucionando estos personajes y se nos presentan de nuevos que son igual de interesantes, con muchas sorpresas que no te esperas y momentos de tensión, así que recomiendo que os animéis a leer este libro -_^.

Además también esta el hecho de saber en que película esta inspirada, y no solo eso, si no que al final de cada historia esta el símil, con reflexiones muy interesantes.

En serio, animaros a leerlo y, Víctor, sigue así.


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RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR' (Mar Jurado)

 



RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR'

por Mar Jurado



El símil,como las demás obras del autor tiene algo que la hace "especial".

Cada capítulo que vamos leyendo, está inspirado en una película diferente,con la particularidad que él las hace suyas, incluyendo sus propios personajes que lo acompañan en la mayoría de sus obras, adentrándonos en cada uno de ellos, sintiendo lo que sienten,transportandonos a cada lugar, haciéndonos parte de la historia.

Detalles, descripciones, diálogos, sentimientos,estados de ánimo,valores...el autor trata de conectar con el lector como lo hace habitualmente, posicionándonos en un lugar diferente en cada capítulo.

Lucha, valentía,derrota, victoria, predisposición,honor son otras de las características presentes en todos o algunos de los relatos que no nos dejan indiferentes y que nos hacen seguir leyendo con impaciencia,al engancharnos cada vez más.

Siguiendo con su trayectoria,esta es una manera de entender de una manera más sutil,precisa,o trasladada a otros escenarios,otro ambiente,otros diálogos,el mundo del Monstruo y sus consecuencias.

En general la obra tiene una riqueza narrativa y sobre todo mucho fondo intrínseco que te hace llegar a ella de una manera especial, sintiendo en tu propia piel lo que sienten cada uno de los personajes,entendiendo cada paso,cada reacción,cada momento vivido.

Una manera de acercarnos a una situación dura, complicada,en la que hasta ahora casi siempre reina la esperanza.

Incluso te hace reflexionar al final de cada capítulo con el símil de cierre donde conecta con el lector de manera más personal,añadiendo su punto de vista sobre lo que nos quiere transmitir en cada uno de ellos.


Enhorabuena.

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RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR' (Ginya Les)

 



RESEÑA DE 'EL SÍMIL: DÍA DEL LECTOR'

por Ginya Les


Podéis leer esta reseña en la obra 'Reseñas y recomendaciones' de Gin Les en Inkspired



Hola, queridos y apreciados lectores que me siguen, una vez más estoy de vuelta con una reseña / crítica de una obra que yace publicada en la plataforma de Inkspired, Quizás la conozcan, quizás no, pero esta es una oportunidad para leerla; estoy hablando nada más y nada menos que de ‘El Símil (Día del lector)’.

 

Esta historia es por mucho una de las pocas que he leído que me han dejado pensando y reflexionando muchas cosas con respecto a lo que se considera para bien o para mal lo que es un “estable mental”. Como muchos saben estudié psicología y no he podido dejar de lado el analizar ese aspecto en esta historia, sin embargo no me voy a enfocar del todo en ello ya que sé que a muchos les aburre mi rollo psicológico (¿Verdad, Sebs?). Por ello quiero  tocar en sí lo que es y representa esta historia para mí como lectora.

 

Al empezar la lectura antes que nada me leí el hermoso y bien trabajado prólogo que se nos presenta, escrito por Beatriz Peñas. En él nos hace énfasis de cómo el arte auida en muchas ocasiones (siendo yo, prueba y testigo de ello) a las personas a canalizar las situaciones en las que viven y por ende (en algunas otras) ayudar a sanarlas. También hay una pequeña frase a manera de afirmación la cual considero de lo más ertera para iniciar este escrito y es: “Este no es un libro como los demás”.

 

Y es así, no lo es. No es un libro cualquiera que ves en algún aparador y te encanta su portada, lo coges, lo pagas y te dedicas a leer… No. Este libro es de esos que sé que pasan desapercibidos para muchos no hablando de la portada sino de la temática en sí, ya que siendo sinceros la mayoría de los lectores buscan algo fácil, sencillo de leer. Sin complicaciones, mucho sexo y amores fugaces. Así que si lees esta historia significa que no eres del montón, te gusta leer buen prosa, descripciones detalladas, personajes profundos, tramas que te hagan pensar y definir en qué posición estás parado. Por ello, al leer esta historia, puedo afirmar que no es nada parecido a otros libros de ficción, es diferente, es único y es hermoso.

 

Entonces… como les venía diciendo, el prólogo te da una clara idea de lo que debes esperar… pero, aquí viene el pero no lo vas a entender hasta que lo leas. Y eso es magnífico, porque mientras vas leyendo, vas comprendiendo aquellas palabras que nos regala Beatriz. Le vas dando forma y vas dibujando el camino por el que debes seguir.

 

Luego pasamos al primer capítulo y bueno… vaya sorpresa que me he llevado con la prosa con la que escribe y describe el autor. Si no eres fan de la prosa púrpura, pasa de ello. Pero no me ha parecido recargada, más bien considero que le da el toque necesario para ponernos en medio de los escenarios que se pintan y así transmitirnos a detalle todo lo que acontece.

 

Al leer pensé, erróneamente, que era una obra si bien catalogada en aventura también en ciencia ficción, con distopía. Pero una vez más el autor me sorprendió y me dejó mal parada al comenzar el segundo capítulo. Por un momento pensé que me había brincado alguna parte del texto, así que regresé y nada, todo estaba bien, entonces comencé a leer de nuevo la segunda parte dándome cuenta del cambio de escenario y del hilo de la trama lo cual no me causó ya de ahí en adelante ningún problema ya que aunque la trama está bien diseñada, el autor nos regala una estructura que hace que esta sea única.

 

Ahora bien luego de cada capítulo viene escrito un Símil de este. Para aquellos que no sepan que es les dejo la definición:

Cosa, persona. Que es parecido o semejante a otro.

Comparación o expresión de semejanza entre dos cosas.

Figura retórica que es introducida por un elemento relacional.

 

Poniéndonos en contexto les explico la estructura de la historia que es muy sencilla, por cada capítulo escrito, viene un símil que lo acompaña. De esta manera el autor nos va adentrando al universo que maneja y da detalles de las figuras que representan tanto los personajes como las acciones de éstos.

 

 

Personajes:

 

El personaje principal es Tylerskar. La historia se desarrolla en torno a lo que es él y lo que él representa (recuerden el símil). Se nos presenta y cito: como un joven con graves problemas de identidad. Si eres latino, como en mi caso, dirás: “con un chancletazo se arregla” pero no, en este caso. El autor voga mar adentro desarrollando todos los problemas que esto puede traer. Si bien es cierto los problemas de identidad o las llamadas crisis existenciales que muchos piensan y catalogan que son única y exclusivamente para adolescentes, no es así. Estos se pueden presentar en cualquier etapa de nuestras vidas y ciertamente es que en la mayoría de los casos son debido a un detonante.

 

¿Qué causó este problema en Tylerskar? ¿Cómo lo va a resolver? ¿Qué batallas debe librar? Estas y muchas otras preguntas son las que se presentan de manera directa e indirecta dentro de la historia. Tylerskar tiene un propósito por el cual luchar, una vida por la que vivir y un sueño que rescatar, por ello el autor le ha concedido de algunos personajes que lo ayuden a enfrentar ciertas situaciones pero también ha puesto en su camino algunos otros como “Monstruo” que son como una piedra en el zapato que no te puedes quitar.

 

Por otro lado los personajes que si bien no son protagonistas son imprescindibles. La primera y la que más desarrollo tiene en la historia es, Rebeldía.  Se nos presenta como una joven ruda, de cabello naranja y con un carácter indomable. Si bien la palabra Rebeldía en sí para muchos representa esa etapa de testarudez en el adolescente… y puede que en este caso sea una excepción gloriosa. El autor no es que haya redefinido el concepto, más bien nos ha presentado la otra cara de la moneda de esta. Y sin duda puedo decir que esto te va a encantar. Llegas por apreciar al personaje al mismo que comprendes el motivo y también el propósito por el que está en la historia.

 

Técnicamente creo que está bien desarrollado, tiene buen delineado en cuanto a la personalidad que se adjunta y por supuesto que aunque no es el eje central es un balero que hace que Tylerskar se siga moviendo.

 

Como ya he mencionado hay un conjunto de personajes que se van presentando conforme avanza la trama. Les presento a los que si bien considero son importantes para que esta se desarrolle y son detonantes para que el personaje de Tylerskar tenga crecimiento y congruencia. Resolución, Experiencia, Ilusión, Rectitud, Conciencia, Esperanza, Valores y Sueños Rotos. Dirás: Gin, pero no son nombres de personas,. Lo sé. Y eso es lo que hace de manera precisa ya que son precisamente conceptos lo que hace que los personajes tengan su identidad. Cada uno de ellos está basado en las premisas de lo que significan, no solo de manera literal sino también de forma simbólica tanto para Tylerskar, el autor y cualquiera de nosotros.

 

Todos y cada uno de ellos están desarrollados de una manera que hace que puedas sentirte identificado, como por ejemplo: cuando el Idealismo baila con Rebeldía. Esto puede significar cuando nuestros idealismos son impulsados por un deje de rebeldía, ya sea para con nuestros opresores o para con algún sistema; y es así como a lo largo de la historia puedes encontrar muchas de estas válgame la redundancia “similitudes” que lo único que hacen es provocarte a que busques tu propia conclusión.

 

También se nos presenta a monstruo, este ser que puede significar tantas cosas en nuestras vidas. El autor bien lo define como un trastorno, la bebida etc., puede representar muchas cosas. Las cuales tienes que descubrir por ti mismo mientras lees. Es a este personaje el cual Tylerskar tiene una lucha y al parecer ya tiene su tiempo. Al principio cuando comienza la historia Ty no sabe dónde está, ni el por qué se encuentra en aquel lugar, luego se enfrenta al monstruo y se da cuenta de que son uno mismo. Bien, esto representa la primera crisis de una persona con trastorno de bipolaridad, una vez acabado no recuerda nada. Y cuando este se vuelve a presentar el monstruo (trastorno) arrasa con todo.

 

De esta manera arranca la historia la cual se te va llevando de la mano de Tylerskar y Rebeldía para que encuentres junto a este la forma de salir de aquello que lo aqueja.

Muchos sin duda podrán sentirse identificados con las palabras del autor en las partes del Símil. A mi en lo personal me han provocado más de un Deja Vu, no solo por mi condición si no también por todas aquellas experiencias que se me han permitido ver para un fin concreto, ayudar a las personas en la búsqueda de una solución eficaz, y una mejor manera de vivir la vida.

 

 

Ortografía y gramática:

 

Qué decir de esto, la prosa que se usa es muy buena. Habrá a quienes se les dificulte un poco el dialecto español que se usa pero por lo demás es muy fácil entender.

Solo tengo una anotación: En los primeros tres o cuatro capítulos, junto con sus símiles se abusa de manera deliberada de la frase “se me antoja”. Hay partes en las que en el mismo capítulo se repite hasta dos veces. En tal caso aconsejo se busque sinónimos como “me parece”.

La ortografía está muy bien cuidada, me ha quedado a pedir de boca. El uso de las rayas de diálogo de igual manera y es algo que se agradece entre escritores noveles, ya que no muchos tenemos el conocimiento o la experiencia correcta del uso de éstos.

 

 

Trama y coherencia:

 

Como dije antes, los personajes llevan de la mano la coherencia. Pero… Son las acciones las que definen y mejoran la trama y no puedo más que decir que ésta ha quedado muy bien hecha. Si bien el homenaje a ciertas cintas cinematográficas no todos lo puedan entender, considero que sin ellos no los entendería de otra forma. Te has lucido con los capítulos que parecen episodios desde diferentes ángulos y personajes pero con un fin en común: Tylerskar.

 


 

Opinión:

 

La historia de el símil me ha dejado colgando de un hilo de emociones.

Como mencioné me ha hecho rememorar y asu vez comprender de primera mano la condición a la que se enfrentan las personas que en la historia se ven expuestas. El arte… el arte literario en esta ocasión es la pastilla de paracetamol que nos quita el dolor de cabeza. Por así decirlo. El arte hecho escritura se vuelve la kryptonita para ese monstruo que asedia en los momentos de crisis.

Una de las historias que más me han llamado la atención y por la cual hasta tuve un deje de lagrimeo fue la de Joel y Tyla. En su caso por presentarlos como niños. Me recuerda cierta etapa de mi infancia y el proceso que me tocó ver con un niño como Joel.

No puedo más que decir que esta obra más que de género aventura es psicológica, todo lo que se menciona tanto en las historias como en los símiles son de dicho carácter, pero hay algo que me ha llamado tantísimo la atención y quiero hacer un énfasis en ello: La autodestrucción. Esta se presenta de muchas formas, en algunas es solo una invitada de algo más grande. Pero en todas y cada una de ellas podemos identificarlas y canalizarlas. El amor propio es uno de ellos. Dejarnos vencer por los catalizadores: llámense trastornos, enfermedades, etc. En conclusión solo puedo decir que para todas aquellas personas que se encuentran en tales situaciones, no se dejen vencer, que la resolución las encamine, la experiencia les aconseje, la esperanza nunca muera, las ilusiones no les falten, la conciencia nunca falle y los sueños siempre estén presentes.

 

Muchas felicidades Víctor por tan hermosa y magnífica historia, espero que puedas llevarla a muchas personas que sin duda creo y estoy convencida les será de mucho beneficio y les dará esa esperanza que necesitan. ¡En Hora buena!

 

 

Ginya Les.


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lunes, 30 de noviembre de 2020

Mis reseñas: Lágrimas de Peter Pan (Óscar Millán Vivancos)



RESEÑA DE LÁGRIMAS DE PETER PAN

por Óscar Millán Vivancos


Cuando cerré el libro de Óscar, el inicio de mi aventura por la novela acudió a mi cabeza.

Más bien, el envoltorio completo.

Había escuchado gran parte de la banda sonora de Hook como aperitivo.

Luego, un café acompañado de un cigarro a medio consumir.

El caprichoso sol arrojando claroscuros sobre ya las páginas finales.

 

Mentalmente, sin saber por qué, me asaltaba la visión de un paseo rocoso a orillas de aguas calmadas. En un paisaje abocado al ocaso, de éstas emergió la inmensa cabeza de un cocodrilo monstruoso. Sus ojos me miraban impávidos. Era una mirada que no necesitaba de diálogo alguno para captar mi atención y traslucir unas palabras con claros tintes de interrogatorio.

 

Que si había sido joven alguna vez, me espetaba la criatura.

Si me había hallado desatado en la bendita mugre de algún bar o cafetería, mucho antes de la digitalización del mundo.

Pensé de inmediato que sí. Pensé en lanzarme a una serie de argumentos de defensa a aquellos tiempos en los que se discutía sin esgrimir un móvil como arma y escudo. Pero, igual de rápida, una punzada de profundo dolor me sacudió por dentro.

Por un momento creí ver como los ojos del cocodrilo se encendían.

 

Que si había estado enamorado por primera vez.

¡Como si no fuese sencillo construir la perfecta imperfecta imagen de tu amor y extrapolarla!

No obstante, había gato encerrado.

La pregunta me había cogido al traspiés.

El amargo sabor de la pérdida me asaltó como si las fauces del cocodrilo se abriesen revelando un pozo de la más absoluta melancolía.

 

Durante la inevitable reflexión posterior a la conclusión de un libro, me había propuesto demostrar la inexistencia de Peter Pan en ella. Peter, mi imperdible amigo y eterno aliado.

Sin embargo, en un par de preguntas aquél monstruo me había puesto contra las cuerdas.

De repente ya no era un niño perdido que juega a poder volar.

Óscar Millán, aún menor de edad, ya jugaba a eso antes que yo.

Y muchos otros antes que él.

Curiosamente, para ser alguien que se jacta del estar y el sentir, poca habilidad de observación y juicio le falta al autor. Eso también es actuar. Quise esgrimírselo a ese joven tan ávido de vida como esquivo al vacío, cuando de nuevo la mirada del reptil brilló en exceso.

Tenía razón, ese chico ya no estaba.

 

El interrogatorio siguió durante un tiempo, peinando los bloques principales en los que se apoyaba la novela.

Que si las pesadillas.

Que si los pensamientos sucios, hostiles y psicópatas.

Que si gamberradas de juventud en las que me sentía totalmente identificado.

Decidí, ante la avalancha inquisidora, extraer una libreta para contraatacar como era debido.

En ese momento, el cocodrilo me arrancó ambas manos de un solo bocado.

 

Quedé sentado en una de las rocas que se hundían parcialmente en el agua.

Aquello me recordó el gran número de años que llevé a cabo aquel ritual. Sentir en el mar a un buen amigo.

Me recordó la ardiente rebeldía con la que defendía mi interior. Como si de un preciado tesoro se tratase, a proteger de los vulgares piratas.

Contemplando el lugar donde mis manos amputadas deberían haber estado, comprendí que no había distado de ser, en esa ocasión, uno de ellos.

Había tratado de abordar la obra leída en un análisis sesudo.

¿Qué derecho tenía?

Las incertidumbres de la edad temprana palpitan con tanta pasión y entrega que solo pueden combatirse con la necedad del paso del tiempo y la maldita experiencia que acarrea…

 

Entonces recordé mejor las páginas que había tenido el placer de leer.

Todo un mundo, una época entera, retratados en una breve novela.

Una fotografía de alguien quién, tal como era, quedó atrás hace algún tiempo.

 

La silueta del gran cocodrilo se zambulló en las aguas.

En las ondas resultantes, me pareció ver el reflejo de algo muy rápido que se movía en los cielos.

Al alzar la mirada, le vi.

La tozuda existencia de esa solitaria pasión, de esa conciencia inquieta.

La eterna aura de su sedante visión y lo perenne de la inocencia no arrebatada.

Algo que mora en el interior de muchos de nosotros.

 

Gracias, Óscar, por recordárnoslo.

Mientras una sola lágrima caiga, las fotografías recobrarán su calor.



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domingo, 1 de noviembre de 2020

¡Saga Identidad GRATIS el 5 de noviembre!

 



La "noche de Guy Fawkes" se origina en la Conspiración de la pólvora de 1605, una conspiración fallida de un grupo de católicos ingleses provinciales para asesinar al rey protestante Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia y reemplazarlo con un jefe de estado católico. Inmediatamente después del arresto del 5 de noviembre de Guy Fawkes, atrapado protegiendo un alijo de explosivos colocados debajo de la Cámara de los Lores, el Consejo de James permitió al público celebrar la supervivencia del rey con hogueras, siempre y cuando se realizaran "sin ningún peligro o desorden ".

 


 


“Este concierto se lo dedico a la señora Justicia en honor a las vacaciones que parece se está tomando”

 



El film que nos ocupa, que impregna este evento promocional, no es otro que V de Vendetta.

Una película que, de encontrarnos dentro de la novela ‘El Símil: Día del lector’, podríamos tratar de analizar, siempre con la mente puesta, cómo no, en territorio de la salud mental.

La figura de V aúna en un solo individuo el grito de guerra con el que los enfermos mentales claman justicia. Torturado, este personaje resiste el embiste de un encierro más que conocido por aquellos que adolecemos de alguna patología. La estratagema que idea con tal de colaborar en la construcción de un mundo mejor puede ser más o menos agresiva, más o menos radical y más o menos correcta, pero no estoy aquí para juzgar eso.



 

 

“Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso. Bajo esta máscara hay unos ideales, Señor Creedy. Y los ideales son a prueba de balas”




Cuando una depresión leve anida en el interior del ser humano, no tardará en exteriorizarse en síntomas de una fatiga mental que causa mella.

Sin embargo, en patologías más agudas, los efectos son tan demoledores que no queda otra que enmascararse ante una sociedad, por desgracia, sumamente estigmatizadora.

A menudo, el hecho de portar la máscara para poder sobrevivir deja una sensación de necesitar gritar a pleno pulmón ante la presión de un cojín que ahoga todo auxilio posible.

 

 



“Imagínese el virus más terrible que pueda y luego imagínese que solo usted tiene la cura. Si su meta es el poder, ¿cuál sería la mejor forma de usar esa arma?”



 

Creo que la capacidad que ostentan las enfermedades mentales para dejar a un individuo aislado no se rige tanto por la patología sino más bien por la brutal ofensiva de medicaciones servidas con fría imposición.

 

Una vez pensé que, si bien mi grito no podía ser escuchado, sí podía leerse a partir de un rastro de palabras más sangradas que escritas. Pronto, la senda se bifurcó en caminos que crearon un laberinto. Más tarde los farolillos alumbraron una salida. ‘La cabaña’ y ‘La taberna’ cimentaron lo que, actualmente, avanza como saga en busca del objetivo inicial.

Presentar de forma fidedigna una problemática que clama al cielo por ser enfocada de otras formas. Que requiere de una profunda revolución en el seno de su rama médica.

 

Sin más explosiones que las de mundos de cine, mi saga Identidad te presentará a una serie de personajes unidos por un objetivo común: Superar las dificultades generadas por un trastorno para dar con una paz tan ansiada como dinamitada por un terrible monstruo.

 

Y este 5 de noviembre, querido lector, será gratis para ti.







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martes, 27 de octubre de 2020

Prólogos de la saga Identidad | Varios autores

 



No voy a hacer un prólogo de prólogos, aunque no será por falta de ganas.
Aunque tampoco voy a dejar esta sección en un "de la mano de varios autores".
Señoras y señores, en este pequeño grupo que se puede contar con los dedos de una mano, hay grandes amistades que se han forjado de muy variadas maneras.
Unas partiendo de lazos familiares, otras de turbulentos pasados e incluso edificadas en el hostil suelo de la adversidad, todas ellas confluyen en la saga Identidad. Un poquito en cada libro, abordan mi fantasía bipolar con ojo analítico y toneladas de cariño.

A continuación podéis leer lo que considero pequeñas joyas literarias.


Prólogo de 'La cabaña: El oscuro laberinto de la psicosis':






Prólogo de 'La taberna: Una libreta para el recuerdo':






Prólogo de 'El símil: Día del lector':






Prólogo de 'El símil parte II: Días de Rebeldía y noches monstruosas':






Prólogo de 'La cala: Perdida en la gran ciudad':






Felices lecturas.
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Prólogos de la saga Identidad | La cala: Perdida en la gran ciudad (por Litzy Martínez)

 



Es un alto honor que Víctor me otorga invitándome a escribir unas pocas líneas de introducción a ésta obra magistral, una de las mejores sagas que he leído hasta ahora.

Con el tiempo uno llega a entender que la vida se trata de cuanto luches contra los gigantes de tus problemas, no del problema, sino de ti mismo y de cuantos sean tus deseos por salir a flote. “Lanzar esperanza al abismo más oscuro” y seguir adelante sin miedo al pasado, a las circunstancias, a la gente o a uno mismo.

En esta obra, vemos la tenacidad humana a rechazar lo desconocido, a cerrarse en sí mismo, a pelear como gato panza arriba por mantener el control de las situaciones de la vida, de nuestra vida. La tendencia a deambular como alma en pena por un mundo casi sin sentido, con un bajo contenido de realidad.

Vemos el grito de hastío de un psicótico que está dispuesto a pelear hasta el último momento por dejar una huella en sus letras, en La Gran Ciudad. Por mostrar al mundo que sus pensamientos tienen un orden y son procedentes de un periplo a tierras solo conocidas por sus propios semejantes bipolares.

 

Este libro puede ser visto desde muchos ángulos y para cada quien significará algo distinto, eso es seguro. Habrá sonrisas al final de la lectura o, como en mi caso, lágrimas. Su impacto tiene una razón y la forma de la marca que nos deja tiene un mismo nombre, pero el trasfondo será siempre único.

 

“La inspiración desmedida nos acerca tanto a nuestros cielos que acabamos besando las brasas de infiernos que horrorizarían hasta al más pintado.”


 

Ante nosotros, la tierra se agrieta, se divide, se desquebraja y tiembla mientras los caminos terminan por perfilarse en el horizonte. Cada uno con diversas similitudes se abren ante el lector y un mismo universo de posibilidades que el escritor muestra desde el hueco de su mano. Cada cual más real que el anterior y por ello mismo, más chocante.
Víctor desnuda su corazón, mostrando la vida de un hombre con el alma de un verdadero guerrero espartano que ha estado en más batallas de las que podrá confesar, varias de esas pérdidas, pero que se alza ante el esplendor del alba de un nuevo combate.
De entre el fuego y la ira contenida que crea su renacimiento, se condensa la sonrisa y los ojos sensuales de la consecuencia de la opresión: Rebeldía.
Del humo exhalado de su perenne pitillo, Tylerskar y Joel se juegan la supremacía entre página y página enredándose en la batalla definitiva con lazos serpenteantes de tinta y sangre en contra del invencible Monstruo. Él extiende sus largas garras sobre todo y todos, diluyéndose en un mar de locura y psicosis para terminar enraizadas en la mente propia.


 

Hace poco más de un año que conozco a Víctor. Sus letras son siempre muy fuertes, muy crudas, pero no hay otra forma con la cual expresar la situación del día a día de una persona con su condición. Víctor es una persona admirable, ante mi punto de vista. Porque no se ha acobardado, no ha bajado la cabeza, nos hace sentir en carne propia lo que siente y lo transmite de la mejor forma, a través de sus ojos el mundo siempre es diferente. Este libro es la prueba.

 


—Litzy Martínez






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Prólogos de la saga Identidad | El símil parte II: Días de Rebeldía y noches monstruosas (por Óscar Millán Vivancos)

 



Ha sido todo un honor para mí que Víctor me haya elegido para prologar este nuevo episodio de su saga Identidad. Y me está resultando un verdadero placer. Eso sí, os cuento: antes que nada, me puso a hacer los deberes. Me hacía ilusión, pero había que currárselo un poquillo. Como todo escritor que se precie, he tenido que documentarme para saber de qué iba a hablar. Ya había leído su primera entrega, La cabaña. Aquello me pareció casi un libro de relatos, diverso y muy bien escrito, novelizado y verdaderamente innovador. Así que para acometer la misión que se me había asignado, comencé a entrar en materia, leyendo, en principio, La taberna, libro muy interesante cuyo principal protagonista acaba siendo el mismo autor. Y he seguido acercándome más y más al corazón de la bestia… Por ello, recientemente me adentré en todo un resort narrativo y de acción como puede resultar El símil, ya el antecedente directo del actual Símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas. Y ya vi en El símil una muy consistente construcción narrativa fantástica que se diversificaba en varias, según te adentrabas entre sus paredes de papel, combinándose con los ensayos sobre psicología y psiquiatría que remataban cada relato (casi novela corta cada uno de ellos). Aquello ya era una gran novela, muy maciza, o bien una serie de novelas cortas relacionadas unas con otras, un proyecto realmente ambicioso y bien acometido por Víctor Fernández García. No solo me pareció vanguardista esa hermandad de novelas de ambientación cinematográfica, sino que los intermedios separadores entre ellas, esos ensayos sobre enfermedades mentales, expresados desde el punto de vista de un paciente, enriquecían y refrescaban de modo realmente interesante aquel volumen (sin mencionar la calidad del diseño y las ilustraciones que suelen acompañar los libros de Víctor F. G.).

          

          El mundo de la literatura en muchas ocasiones es llevado al cine. Sin embargo, Víctor F. G., en las dos últimas entregas de su saga IdentidadEl símil y este Símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas, más bien ha hecho lo contrario: ha engendrado cientos de páginas literarias usando como fuente de inspiración, por momentos, algunos materiales cinematográficos. Cierto es que a su vez esos materiales visuales provinieron en su tiempo de obras literarias de otros autores, así que esto tiene algo de "hacer justicia": deconstruir, descodificar lo que previamente había sido codificado en imágenes por otros. Lo que surgió del papel que vuelva al papel. Por cierto, he dudado, por un momento si mencionar las famosas películas a las que el autor ha hecho un homenaje en esta entrega, siguiendo el estilo de su anterior El símil, pero he llegado a la conclusión de que nos conviene a todos cada vez más que no nos lo den todo masticado, que ya nos basta con la inmediatez de Internet. Que ya comienzan a aparecer talleres para trabajar con nuestro intelecto y nuestras aptitudes memorísticas, para que dentro de algunos años quede algo digno de nosotros. Por tanto, lo bonito es el juego: que cada lector se las apañe para adivinar a qué hace referencia Víctor en cada ocasión. Por otra parte, en general es bastante obvio. Son historias modernas conocidísimas y que no han caducado. Sus elementos principales son fácilmente reconocibles.

   

           Ya que acabo de referirme a Internet, voy a comentar una curiosidad: Víctor y yo, en el momento en que escribo este prólogo, todavía no nos hemos visto nunca en persona. No por ello diría yo que seamos amigos “virtuales”, ya podemos decir que nuestra amistad, nuestro colegueo, nuestro compañerismo, es algo real. Pero es cierto que nos conocimos, hará más de un año, a partir de que nos caímos bien en una página de Facebook de escritores de todo el mundo hispanoparlante en la que ambos coincidimos y nos vimos luchando, a diestro y siniestro, a capa y espada, contra enemigos virtuales insultantes. Hicimos frente juntos a bastantes mequetrefes que, revolcándose en su pedante mediocridad, creyéndose dioses, intentaban anular a los pocos artistas reales, creadores que realmente sí que aportaban algo nuevo y original a todo aquello. Entre nosotros surgió cierta camaradería, nos caímos bien, y juntos, y tal vez ayudados por algún aliado más, los pusimos a caldo, como Cyrano de Bergerac puso a caldo, él solito, a un centenar de petimetres, en una noche… y a otra cosa mariposa. 

            Así, nos separa el Mar Mediterráneo, pero ya hemos colaborado el uno con el otro en tareas literarias comunes, atacamos juntos al mundo desde la misma revista literaria, y nos comunicamos todo lo que queremos y más ayudados por las redes sociales y hasta algo tan extraño y anticuado como el teléfono, si hace falta. Ya nos veremos en alguna ocasión. Quedan días. Lo cierto es que en la actualidad no conviene viajar demasiado. Seguimos luchando contra una pandemia mundial digna de la atención narrativa de todo buen autor…

            La lectura de El símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas ha sido amena y agradable, ha sido un ejercicio realmente intenso. Es una novela potente, por momentos una rara avis bélica, de fantasía, de ciencia-ficción, de horror… que puede recordar, incluso, la desoladora oscuridad de los potentes bestsellers del berlinés Sebastian Fitzek, por ejemplo (aunque a otros se les haría más evidente, tal vez, un Stephen King).

            

            Pensaba hace no mucho que no suele aparecer el sexo, las cuestiones sexuales, en la narrativa de Víctor F. G. Se me ocurría tal vez comentar algo al respecto en este prólogo, si era algo mencionable que hacía la narrativa de Víctor un entretenimiento apto para todos los públicos… Pero he tenido que tragarme mis palabras, pues hay sexualidad de la buena en este Símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas. Un poco de todo: amor, sexo, humillación… La verdad es que es positivo y esperanzador encontrar referencias al Bullying, a la violencia de género, a las adicciones, y otros problemas individuales y sociales en un joven autor como el que nos ocupa. Hay crítica latente a la actualidad en todo ello. El autor no opina: toma partido describiendo lo que haga falta. A buen entendedor…

            Pero vayamos a lo nuestro. La entrada de El símil II: Días de Rebeldía, noches monstruosas, a mi juicio, es una entrada futurista, como de ciencia ficción. A veces nos parece caótica, poblada por algúnflashback sin aviso. Esto ayudará a poner más atención. Además, pronto aparece una metáfora filosófica que corta el aliento por su originalidad. Y, en fin, la narrativa es impecable, con cambio incluido de narrador en alguna ocasión.

            Quien lea este libro sin conocer los otros de la saga Identidad, va a disfrutar de una narración unitaria y bien construida, con aspecto de novela clásica juvenil. Quien haya ido leyendo ordenadamente los libros de la saga (La cabaña, La taberna, El símil y ahora El símil II) disfrutará según van apareciendo esos personajes especiales que Víctor ha producido y a los que sus lectores enseguida reconocemos. Alguien me dijo alguna vez que necesitamos algo de rutina en nuestra vida, eso nos da estabilidad. Es imposible vivir en condiciones en un entorno siempre cambiante. Los que hemos seguido la saga Identidad hasta ahora, ya reconocemos a sus personajes principales. Nos aportan cierta monotonía relajante, algo a lo que agarrarnos, aunque sea en un auténtico infierno ambiental en el que todo es posible. Y el bueno y experimentador de Víctor F. G. al menos respeta a sus personajes principales, seres humanos ideales que irán acompañando al escritor y a sus lectores en todas sus entregas. Así, cuando leamos una referencia a un ser encapuchado sabremos enseguida a quién se está refiriendo, igual que cuando aparezca un chico rubio con una rígida coleta que deja su cabello en tensa armonía.


            La protagonista de esta historia, cuyo nombre no vamos a revelar, ni falta que hace, y que ya es conocida de antemano por algunos lectores, vivirá entre varias realidades distintas, una de ciencia-ficción, otra de película de fantasía... y otra interna, la más terrorífica, por cierto. Y es que aparece en este libro un tema muy interesante, como es la exploración o el análisis onírico. Precisamente llegamos en este terreno a una tensión muy aguda, muy lograda, unas páginas impresionantes, a mi juicio, que constituyen el clímax central de esta obra. Y que me dejan de pie aplaudiendo un buen rato una vez acabada la misma. Constituyen una piedra preciosa, un brillante de los caros, en cuanto a la materia trabajada y a su aspecto estético narrativo, su presentación final. El lector se encontrará como grata sorpresa esa tremenda sucesión de páginas centrales, potentes, realmente impactantes e intensas, de pesadilla, haciendo honor al título del libro. En ello Víctor F. G. demuestra que es un narrador consolidado con un ya nada despreciable recorrido. Y que la mejor inspiración te visita únicamente cuando estás trabajando. Solo entonces puede aumentar tu intensidad.
            Este libro, en mi opinión, es muy diferente a los anteriores de la saga, en cuanto a que su autor ha conseguido, por fin, distanciarse de sí mismo, hablarnos de otros seres literarios, ficticios, sin hacerlos del todo suyos,  dejando que fluya libremente, si esto es posible, su materia narrativa, presentándonos así un tipo de novela, de trabajo de ficción, con mucha acción, al que estamos más acostumbrados, más lineal, menos vanguardista, menos experimental, más mainstream, tal vez, pero muy logrado, totalmente digerible, un producto realmente entretenido. Hasta se podría imaginar siendo proyectado en una gran pantalla, si fuera llevada esta historia al mundo del cine. Realmente es muy visual, y, por tanto, imaginable.    

            Se agradece esta construcción lineal, la novela que hemos definido como “unitaria”, en este caso. Al final del libro nos encontraremos un artículo del autor, un ensayo acerca de aspectos determinados de algunas enfermedades psiquiátricas y su relación con sus propias obras narrativas. Esto también se agradece, pues el lector puede así, posiblemente, resolver algunas dudas que le podrían haber surgido al leer este libro. Estamos acostumbrados a la presencia del autor, a la descripción de sus vivencias traumáticas, de su principal problemática existencial que hacen de estos libros un género literario especial, en parte experimental, posiblemente sin quererlo. Los libros de Víctor F. G. hablan mucho de sí mismo. No le queda más remedio. En parte tiene algo de advertencia, de nota explicativa a pie de página, pero también es un camino que su propio autor ha abierto, simple y llanamente, por generosidad, porque escribir es un modo de comunicarse. Y a él le encanta hacerlo. No se esconde si puede evitarlo. 

            Este libro es el que más he disfrutado de los cuatro que conozco por ahora de la saga Identidad, precisamente porque es aquel en que más madurez he encontrado en su autor y menor dependencia. Víctor no va a repetir a sus seguidores lo que estos ya conocen, simplemente aporta a modo de ensayo un símil final en el que comenta algo muy importante que no todos los mortales saben: hay vivencias psíquicas que todos podemos experimentar alguna vez de modo casual, a las que otros, una minoría, pero muy numerosa, de seres humanos, no ha tenido más remedio que acostumbrarse. 

            Las cuestiones clínicas son siempre íntimas, personales e intransferibles. Lo curioso es que alguien, para no sentirse acorralado o marginado, se haya decidido invenciblemente a no dejarse callar y sea capaz de producir tanta belleza a partir de todo ello. Y que dure.

 

Óscar David Millán Vivancos




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