viernes, 15 de marzo de 2024

Victoria | Sagrada Esparta

 




Si solo tienes una pistola


No vas a dejarla ir.

No, no vas a soltarla.

El agarre va a ser firme,

Quizá en tu bolsillo,

Quizá a plena vista.

Quizá ante todos…



Si solo tienes una bala


No vas a desperdiciarla.

No, no vas a malgastarla.

El objetivo va a ser concreto,

Quizá en las altas esferas,

Quizá en el alcantarillado.

Quizá tu propia cabeza.



Si solo tienes un disparo


No vas a ahorrártelo.

No, no vas a comértelo.

La mierda ha venido en bloque,

El sufrimiento como puños.

Boxeador de las miserias, grita.

Púgil de la injusticia, ¡Grita!


Soldado. Álzate.

Combatiente. Pelea.

Espartano. Gana tu escudo.


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jueves, 29 de febrero de 2024

El sistema del gusano | Leyendas de Animalia




SINOPSIS


Guzha Niyo es jefe de planta en la Factoría de los Hermanos Tocino.

Su vida gris habrá de experimentar un tremendo giro en el momento menos pensado. Como resultado de ello, el gusano acabará en un pequeño poblado llamado Paso Alegre.

Allí tratará de alzar un videoclub, persiguiendo sus sueños mientras hace uso de su amor por el cine como cimientos.

 

‘El sistema del gusano’ se yergue sobre los pilares de las ‘Leyendas de Animalia’ a las que pertenece, presentando una mezcla de fantasía, aventura, drama, amor... y mucho humor.



BOOKTRAILER





Puedes hacerte con él en tapa dura en Amazon y en digital en Amazon Kindle, Apple Books, Rakuten Kobo y Google Libros.


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viernes, 12 de enero de 2024

El nacimiento de Bipolar Music

 




Bipolar Music nació como canal en youtube el 7 de abril de 2023.

Lo hizo con una serie de temas que peinaban conceptos muy conocidos en el ámbito de la salud mental y, más concretamente, dentro del marco del trastorno bipolar.

 

Primero de todo, querido lector, las presentaciones.

Detrás de Bipolar Music están un teclado sintetizador y un sujeto con muchas ganas de canalizar a través de la música.

El teclado no es otro que un Akai MPK mini, un modelo que, en conjunción con el programa Garage Band, otorga cientos de miles de posibilidades a la hora de crear.

En cuanto al sujeto que hay detrás del proyecto, soy yo.

Me llamo Víctor Fernández García, soy autor de las sagas literarias ‘Identidad’, ‘El Nexo’ y ‘Leyendas de Animalia’, narrador también el audiolibro ‘Ramírez y el volcán’ y un apasionado del dibujo a lápiz, además del asunto musical que nos ocupa.

 

Regresando al nacimiento de Bipolar Music, me gustaría contar una pequeña historia.

Recuerdo cómo, desde bien pequeño, junto con mis primos pasábamos agradables ratos trasteando un teclado Casio. Eran tiempos amables, de familias unidas y meriendas infinitas, y lo cierto es que no me puede dejar mejor sabor de boca cada reminiscencia de aquellos atardeceres sumidos en la parte más gamberra de la creatividad musical.

Crecí bajo el influjo de la banda musical de mi padre.

Sklat, Tempus Fugit y Vintage fueron nombres, para mí, con un claro elemento común: El piano Korg con el que se manejaba Clooney, que así conocemos por aquí al buen hombre.

Sin embargo, pese a sus muchos intentos por acercarme al portal creativo que representaba ese gran teclado, la vida me condujo a otras aficiones.

Mi desconocimiento a la hora de crear musicalizando resultó tan abrumador como generosa fue la dosis de información al respecto que me llevé en mi adolescencia. Ensayos y ensayos, a los que quizá acudía con los ojos cerrados, pero también con el corazón bien abierto.

La guitarra eléctrica me hacía fantasear con su práctica y aprendizaje y los gadgets del bajista me dejaban flipando de lo lindo. Alucinaba con la compleja mesa de sonido que trasteaba el cantante y sonreía al ver a mi padre dirigir el cotarro cuando alguna oveja se descarriaba.

Hasta el batería me hacía a veces entrega de las baquetas y el control de su flamante parafernalia, aunque lo máximo que lograba hacer nacer eran carcajadas al tocar el bombo como quien pisa algunos huevos.

 

Hasta aquí, la primera parte de la historia. La más amable.

Luego sigue ya la crónica de un verdadero, abrupto, cruel y absoluto descarrío: El mío propio.

Una excursión involuntaria a la locura, que, aparte de anular los más de 14 años que promedia perdidos toda persona bipolar, hizo trizas una realidad que terminó barrida y plagada de ruinas de un pasado mejor.

Aunque ya se sabe, de todo lo malo se aprende, y de esa amarga experiencia yo traté de enriquecer mi maltrecha psique, ya fuese armado de pluma, lápiz o, finalmente, un instrumento musical.

Sabía de los beneficios de la escritura como canal terapéutico. También de lo sedante del dibujo. Pero nunca imaginé que la creación musical fuese tan, tan, pero tan divertida.

A veces, al crecer, nos olvidamos de auténticas claves con las que dimos en nuestra más tierna infancia. Y es que, si con menos de 10 años ya chalaba con el Casio, ¿Por qué el salto a software y teclas de piano y drum iba a ser diferente?

 

No lo fue, no lo está siendo y estoy seguro de que jamás lo será.

Esto es divertidísimo. Desde juguetear con los instrumentos con los que uno siempre soñó aprender a tocar hasta descubrir docenas, cientos y miles de nuevos sonidos, todos aguardando en un dispositivo de apenas un par de palmos.

Una vez, por ejemplo, fantaseé con estudiar violín, sin duda alguna mi elección predilecta si tuviese que entrar a lo grande en el mundillo. Pues aquí hay toda una orquesta digital aguardando a modo de humilde aperitivo.

Cuernos, flautines y trompetas, corales, chelos, órganos y hasta la sedante y armoniosa arpa.

 

¿Qué más se puede pedir?

Querido lector, puedo afirmar que sí que hay más.

Mucho, muchísimo más.

 

 

Los resultados han ido llegando tal y como mis manos los iban sacando del fuego.

Seguramente se trate de comida rápida musical y, muy probablemente, no tenga nada que ver con lo que obran aquellos que se dedican en cuerpo y alma a este arte, pero sin duda alguna yo no puedo guardarle más cariño a los diferentes procesos de composición que he ido siguiendo.

Las horas, esas mismas que a veces conforman un paso del tiempo tedioso y cruel, aquí saltan a dimensiones desconocidas.

Y hablo de crear un simple minutillo de musicalización. Algo arbitrario, sin demasiada guía, brújula o destino.

Muy pronto se me abrieron los mundos de posibilidades.

Me lancé a tratar de crear las bandas sonoras de mis obras literarias como un tigre en los huesos que descubre cerca de él un banquete abandonado. Y todo fluyó. Vaya si lo hizo.

 

Ahora puedo presentarte Bipolar Music como un proyecto con sus buenas raíces y una proyección llena de ilusiones y repleta de multitud de ideas.

Mi imaginario, a lomos de sintetizadores.

 

Puedes visitar el canal siempre que quieras, de forma gratuita.

Así me acompañarás en un viaje que promete emociones tan fuertes como profundas, tan delicadas como poderosas y, por encima de todo, impregnadas de principio a fin de ese ‘algo’ que nace de lo más profundo de nosotros mismos.

Alma, lo llaman algunos. Y, como si se tratase de una niña inmortal, a mí me susurra como la más fiel de las musas, empujándome a caminar y guiando mis pasos por este viaje emocional a través de la bipolaridad.

 

Feliz escucha.







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sábado, 6 de enero de 2024

VR Writers | Colaboraciones literarias desde 2016

 



VR Writers es un proyecto de colaboraciones literarias fundado en 2016. 

Apoyado en buscar historias de narrativa breve, encuentra entre sus cimientos el cruce de universos literarios y personajes de los diferentes escritores participantes. 

Así pues, los miembros fundadores del proyecto, R. Crespo y Víctor Fernández García, abrieron la lata con 'Un ritual en la taberna', una historia que mezclaba múltiples ingredientes de sus novelas 'Ritual' y 'La Taberna: Una libreta para el recuerdo', respectivamente.
El segundo proyecto, 'Una navidad en Reus', sumó ya hasta cinco participantes, en una trama de suspense psicológico que vio desfilar a otros tantos personajes muy queridos por los autores, entremezclados para la ocasión.
Con 'Abismos' llegó el tercer proyecto, un arriesgado thriller dentro del marco de la salud mental.
Le siguieron 'Rescate Jurásico' y 'El ocaso de la luz que guarece', proyectos cada vez más masivos y complejos que exploraron ciencia ficción fantástica y terror, contando ya con multitud de manos escritoras detrás.
'Tirita: Vendas de humor para tiempos fríos' buscó arrancar unas risas en los difíciles tiempos del covid, mientras que en 'Una consumación en la taberna' se conectó con el escenario del primer proyecto VR, para en este caso servir un sentido homenaje a la Saga Identidad.
Entre tanto, 'Presentando a los autores' dio un espacio individual a muchos de los autores del proyecto, en tanto que 'Ilustrando VR writers' hizo lo propio con artistas de las talla de Vlad Strange o Alex Firefly.
Precisamente la primera se puso manos a la obra con la ilustración de 'Animaladas', el décimo proyecto de VR Writers, que además de tratar con mucho humor una serie de aventuras fantásticas en torno a las 'Leyendas de Animalia', también ha supuesto la primera de las obras en dar el salto a formato físico. 

¿Quieres participar en uno de nuestros proyectos?
¡Escríbenos! 


O visita nuestra web para más información. 



Tras casi una década creando, desde VR Writers no podemos estar más contentos de poder seguir efectuando colaboraciones de lo más enriquecedoras.


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domingo, 31 de diciembre de 2023

Reseña de 'PAX vol. 1' Serie Mago | Saga El Nexo (por Àngels Aguilera López)

 




INTRODUCCIÓN

 

 

 

Àngels estaba segura. Lo estaba del todo. Verdis había existido justo donde pisaban sus pies.

 

Sabía que se trataba de una ciudad extinta, pero también era consciente de que todo lo que vive deja un rastro. Y si incluso una luciérnaga encontraba un eco en el irradiar de su luz, algo tan espectacular como debió ser Verdis, a buen seguro, debía haber dejado cuanto menos unas buenas ruinas.

Sin embargo, no quedaba nada de nada.

El bosque lo había reconquistado todo. Se lo había comido entre sus mandíbulas de rama y masticado a conciencia con su pétrea dentadura.

 

Por un momento, se sintió tan cansada que tomó asiento sobre un gran tronco.

Meditando en torno a la luciérnaga a la que su psique acababa de hacer referencia, Àngels no tardó demasiado en ver llegar las primeras comparaciones y asociaciones.

Las apartó enérgicamente. Tanto las odiaba. Aunque una pregunta quedó morando frente a las puertas de su consciencia, revoloteando incómodamente hasta que la mujer, abatida, decidió dejarse sorprender.

 

¿Dejaría ella en su vida algún tipo de huella destacable?

 

El sol se puso del todo en ese mismo instante.

El ocaso había resultado tan longevo y generoso en el crepúsculo que Àngels no había ni siquiera caído en la cuenta de que aún quedaba un hilo de luz... Del que ya era inútil estirar.

Sintió de forma súbita como un puño estrangulaba su garganta. Tal fue el rápido humedecimiento de su mirada que, por un momento, no supo si los tonos lilas que bailaban a unos metros, efectuando gráciles trayectorias en el aire, eran cosa de su propia alucinación.

 

Se secó la vista y enfocó nuevamente sus ojos en el cercano horizonte.

Rio. Lo hizo modo ruidoso, abierto, y sin guardarse una sola carcajada.

«Esas hadas desaparecen a la velocidad de la luz... pero se olvidan de recoger bien el eco de su presencia.» Meditó Àngels, ya para sus adentros.

Muchos misterios moraban ocultos en la profundidad de aquellos bosques. Y, al igual que ella, habían ido generando y recibiendo huellas inmortales.

—Como la pasión por la lectura... Argumentó en voz alta antes de partir de aquel sector.

 

Quizá en su mente no se proyectó la imagen de cierto autor, pero desde luego, tanto Víctor Fernández García como Àngels Aguilera López pudieron sentir el calor de una gran amistad crepitando en su interior.







RESEÑA

 

 


 

Han pasado 500 años desde que un acontecimiento catastrófico arrasó la ciudad más emblemática y sus bosques milenarios, eliminando a todos los magos de las tierras de Pax. 

En la actualidad la Voz del Bosque contacta con Vulcany, un anciano solitario en el final de sus días, y le entrega un bastón. Su misión será encontrar los amuletos perdidos y aprender a usar su poder para erigirse como el Mago Guardián y enfrentarse a la oscuridad que está despertando y que eliminará toda vida en estas tierras.


Pax vol. 1 es el primer libro de la serie Mago.

Una novela corta de fantasía con todos los ingredientes que la caracterizan, magia, personajes fantásticos, héroes y villanos. Una aventura en la que el protagonista debe avanzar aprendiendo de sus errores.

Con un lenguaje sencillo pero trabajado, Víctor Fernández nos describe, con todo lujo de detalles, paisajes verdes, bosques tenebrosos, tierras yermas asoladas por la lava y una ciudad en el cenit de su esplendor y sabiduría. 

El autor profundiza en la personalidad de sus personajes haciéndonos llegar hasta sus sentimientos más profundos. Y es ahí donde reside el verdadero motor de la historia, donde el escritor consigue la magia que hace avanzar la leyenda. Donde el amor, la pérdida, el dolor, la ira y la venganza dirigen los pasos de los protagonistas.


Una lectura amena, rápida y que empuja a querer seguir leyendo los próximos volúmenes.

 




 

“Si te lanzas al Separatio, que tu fe y tu alma permanezcan juntas.” 


PAX vol.1










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martes, 26 de diciembre de 2023

Mis doce campanadas



Las doce campanadas de este año se han vestido de punto de inflexión.

Uno más.

 

Desde los cielos de la esperanza hasta la ciénaga de la problemática salud mental, pasando por la irrupción de la ilusión y la colorida fantasía, hasta la contemplación de la épica más pura, a golpe de campanada me he marcado una década escribiendo.

 

Son doce.

Doce libros que asoman cual punta de iceberg pero que ostentan raíces que causan algo de vértigo. Ha sido una década que ha visto pasar también blogs de relatos, plataformas de escritura, proyectos por y para el arte y hasta ha tonteado con musicalizar. Han nacido audiolibros de letras que jamás hubiesen soñado con poderse escuchar a sí mismas.

Se trata de un bosque en el que he querido perderme, y vaya si he pujado por ello.

 

No tengo ni idea de hacia dónde se dirige todo esto.

Ni falta que hace.

Aquí, bajo las copas de magnos proyectos y jugando a ser un espadachín de la tinta con ramas infinitas, no puedo sino sonreír ante lo vivido, y desear con todo mi corazón otros diez años más.

 

Gracias, País de Nunca Jamás.

Nunca fuiste tan real.






Visita mi web



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viernes, 1 de diciembre de 2023

Dirimir la elección

 




DIRIMIR LA ELECCIÓN

Un texto para Sagrada Esparta




¿Quién dirime lo pertinente de agarrar o no un tren? 

Nos dicen los más sabios que vivamos el momento. Los más inteligentes, que hay trenes que solo pasan muy de vez en cuando.
Los más experimentados, por su parte, esgrimen lo crucial del equilibrio.
Perfiles de personas, por lo regular, muy duchas en el noble arte del viaje. Que, seguramente, beben de periplos anteriores de almas que han pasado a mejor vida.
Sin embargo, en un mundo cambiante y vertiginoso, ¿Son la sabiduría, la inteligencia y la experiencia valores constantes? 

Nadie suele adivinar al filósofo debajo del payaso. 
Nadie intuye al roto dentro de la esfinge.
Mundo de apariencias y superficies, de icebergs que asoman tímidamente para nunca ser contemplados en su justa medida.
Barcos que se hunden mientras se nos apremia a agarrar cada viaje posible, como un correcaminos al que el coyote ya casi le da caza. 

En ocasiones, un lujoso AVE bajo un sol primaveral puede llevarnos al infierno.
Otras, un montacargas destartalado en una noche lluviosa mecida por vientos tan desalentadores como la inclemente mirada de una fría luna... Quién sabe a dónde conducirá. 

Es la gracia del libre albedrío.
La esencia que nos da vida.
Nadie dirime. 
Solo tú.


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domingo, 5 de noviembre de 2023

Mis reseñas: Torpedo 1936 vol. 14 ¡Adiós muñeco! (Enrique Sánchez Abulí & Jordi Bernet)


 


RESEÑA



¿Quién diablos prevé que una amalgama de prostitutas, alcoholes, armas, sangre y venganza va a resultarle del todo educativa?

 

Sexo, vicio, violencia.

Blanco y negro.

Una bonita fachada.

 

Es quizá lo que este volumen de la obra ‘Torpedo 1936’ proyecta como si estuviera armada de fuegos artificiales hasta los dientes.

Sin embargo, como en todo festival pirotécnico, si uno se mueve un poquito, en seguida se puede dar con el doble fondo del cajón de la feria. Pues, como en todo, si se sabe observar debidamente, siempre suele haber una generosa cantidad de aspectos extra a analizar.

 

Me gusta lo underground. Lo que, a posta o de potra, queda entretejido entre los componentes de cualquier obra de arte. El tipo, buen amigo ya, que me prestó este volumen, bien debía saberlo de antemano.

Como regente de una fusión de taquería, restaurante, club de jazz y pub, debí esperar de él que sus gustos fuesen, cuanto menos, refinados y muy brutos. La dupla puede parecer una contradicción en sí misma, pero entrando en materia con el cómic del que hablamos, pronto veremos que, de la colisión de conceptos, puede manar algo excelso.

 

No soy un dibujante que vaya más allá de obsesionarse con el detalle de la copia.

Tampoco un escritor que pueda jactarse de dominar el noble arte del guion.

Pero mis ojos saben ver y mi mente, aparte de impresionable, suele hacerse rápido la maleta ante la perspectiva de un buen viaje.

Y vaya si este ‘¡Adiós Muñeco!’ de Torpedo 1936 me ha hecho viajar.

 

En el cuaderno de bitácora siento que hay información para extenderme hasta la saciedad. De modo que tiraré del índice que he garabateado en mi cabeza.

Lo primero es lo primero. Uno observa portada y contraportada y lee sinopsis. 

¿Qué puedo decir de la presentación de Jordi Bernet?

Pues que el que se hiciese cargo de la herencia paterna de las viñetas tituladas ‘Doña Urraca’ ha llamado poderosamente mi atención. Que esté detrás de ‘Clara de noche’ ha terminado de abrir mis ojos, apetito y expectativa.

¿Qué decir del guion de Enrique Sánchez Abulí?

Esta respuesta ya pasa a introducirse en la obra misma pues, como reza la sinopsis de ‘¡Adiós Muñeca!’, esta pareja de artistas ha estado más que bien compenetrada.

 

Segundo punto del cuaderno de bitácora del viaje que me he pegado.

La historia es brutal.

Recoge el aura de cuanto pretende trasladar al lector.

Luca Torelli, el propio Torpedo que pone nombre a la serie, va a ponerse bajo el foco del protagonismo en un conjunto de historietas que nos van a sacudir mediante continuos flashbacks y saltos de trama, paseándonos por escenarios variopintos con el claro eje motriz tan característico del género negro.

Así pues, diría que deberían abstenerse de entrar aquí aquellos lectores que no quieran cohabitar durante 50 páginas exquisitas con los típicos tópicos más crudos que suelen venir a este mundo con la mochila natal. 

Se nazca cuando se nazca.

Ahí van a estar las triquiñuelas entre socios, amantes y familias.

Las sombras de un mundo despiadado y violento, proyectadas en el par de cojones que Torpedo le echa al asunto.

Como peces en el agua, nuestro gángster y su sicario Rascal van a pasearse en ‘¡Adiós Muñeco!’ por multitud de escenas y escenarios. Y tanto va a dar si son diurnos o nocturnos. Si muestran infancia o madurez. Atracos o fiestas.

Todo va a acabar como un delicioso rosario de la maldita aurora gracias a la impulsiva, sarcástica y extremadamente carismática personalidad de Torpedo.

 

Todo ello, por si fuera poco, ilustrado con tal maestría por parte de Bernet, que uno, por momentos, siente que debe revisar a media lectura si dispone del arma cargada bien cerca. Por si acaso. El retrato de la época, el marco de los acontecimientos y el reflejo de cada pequeño detalle provoca que, indefectiblemente, uno no asista, sino que esté en pleno meollo en todo momento.

 

El tercer y último punto del cuaderno de bitácora deben ser mis impresiones finales. Y hay una frase, ya en la última viñeta de este volumen de ‘Torpedo 1936’ que analizamos, que me sirve de lección y atajo: “Yo solo fui a ver si podía joder y acabé bien jodido.”

Puesto que algo me impulsaba a entrar con recelo en esta obra y, en verdad, no era más que la antesala de un nuevo hito que, sin duda, añadiría con los ojos cerrados a la sección más mítica de mi propia biblioteca.




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lunes, 16 de octubre de 2023

Reseña: 'Leyendas de Animalia: Ramírez y el volcán' (por Leo Shaddix)

 



RESEÑA

Leyendas de Animalia: Ramírez y el volcán

por Leo Shaddix



INTRODUCCIÓN

 

 

 

La Charca de las Respuestas no era lo único gris esa noche. La mente de Leo Shaddix también pintaba de ese color un lienzo que comenzaba a dejar atrás el verano, con tal de dar con las primeras lluvias que habrían de conectar con un esperadísimo otoño.

 

—Estás muy rumiador esta noche, Lego. — La voz de Áltamir, el renacuajo al mando allí, se dejó escuchar alta y clara.

Por lo normal, a Leo no se le hubiesen caído los anillos a la hora de rebatir el mote que trataban de encasquetarle, pero lo cierto es que ni la energía abundaba, ni el ánimo daba para ponerse a discutir.

 

Tal como Leo agachó la cabeza, presa de un súbito abatimiento, Áltamir vio la oportunidad de hacer leña del árbol caído.

—¡Menudo pieza estás hecho, Lego!

Aquello sí hizo reaccionar a Leo.

Una mueca de sonrisa asomó en su rostro, mientras miraba de reojo como el renacuajo se echaba al suelo embarrado a patalear de risa ante su última ocurrencia.

 

Hizo bien en echar ese raudo vistazo, pues Áltamir detuvo en seco sus risotadas para lanzar una enérgica ofensiva con una gran sartén.

Mediante una maniobra ágil, Leo Shaddix no solo logró esquivar el golpe, sino que también arrebató el arma improvisada al renacuajo.

—Si algo de bueno tienen los bajones, es que condensan gran concentración y afilan los reflejos.

Fue el turno de Leo de reír, cosa que hizo con ganas, lanzando una sonora carcajada en dirección a la luna que, tímida, comenzaba a asomar entre nubarrones.

—Vaya, ¡Mira el Lego! Como si hubiese escudriñado lo insondable del futuro...

Leo alzó una ceja en ese mismo instante.

—Ahora que lo dices, llevo tiempo queriendo saber hacia dónde va todo este asunto de Animalia...

—¿A sunto de qué quieres saberlo?

En cuanto Áltamir se giró, con sonrisa bobalicona, para cerciorarse de que su broma había calado, la base de su sartén se estampó de pleno contra su rostro.

 

Mientras convulsionaba, lanzando revelaciones sin parar en torno al futuro de su mundo, Leo Shaddix no podía sentirse más satisfecho.

Sí, la lluvia del otoño estaba a la vuelta de una esquina donde ya caía generosamente la hojarasca.

Pronto, buenas nuevas habrían de llegar.

Como si la piñata de la que a veces se disfraza la vida fuera a recibir un soberano, sonoro y contundente sartenazo.







 

RESEÑA


 

 

¡Pero qué libro más divertido! Ahora sí que he escogido leer el primer libro de esta saga, ya que aunque no hace falta leerlos de manera correlativa, es lo suyo, para ir conociendo mejor a los personajes y ver como surgieron esas uniones y amistades que tanto me han gustado. 

 

Un humor muy sencillo, puro y sin pretensiones. Ideal para esos lectores más jóvenes y los adultos, sobre todo si buscamos algo de diversión como medicamento para la gris vida a la que estamos sometidos. Una novela muy corta llena de acción, aventuras y momentos que te harán sonreír. 

 

Ramírez vuelve a ser mi favorito, con diferencia. Aunque he conocido a muchos otros personajes que también se han llevado mi corazón. Animales muy simpáticos y llenos de carisma que saben captar la atención allá por donde van. Me da mucha curiosidad ver en que nuevos problemas se meterán en el futuro. 

 

Las páginas desbordan imaginación y calidad y parece que no se acaban. Sé que es una obra que muchos más podrán disfrutar. ¿Quién se resiste a un intrépido ratoncito que tiene que apagar un volcán para poder hacerse con la mano de su amada? No le faltan agallas para tener su tamaño. 

 

¡Qué buena decisión tomé al querer formar parte de esta saga y de todas las cosas buenas que me están dando! Ojalá nos den la noticia de que habrá varios tomos más, porque no pondríamos ninguna pega. 

 

¿Soléis leer historias así? ¿Os gustan los libros en la que los animales son los protagonistas?










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miércoles, 4 de octubre de 2023

El negocio

 





Es difícil imaginar, en sistema político alguno, una vida que no deba cierto patrimonio energético para con la causa general del planeta en el que nos hallamos varados.

 

Ya seamos currantes rasos, empresarios de bajo, medio o gran alcance, o simples “chupópteros” del sudor ajeno en pos de enfermedades relativas a nuestro tiempo, la conclusión pasa por una serie de horas que hay que justificar, validar y, en definitiva, volcar en el pozo de las arcas generales.

 

El negocio es quien manda. De eso no hay duda alguna.

En un póker elíptico, abandera cartas de gran potencial. Juega cual trilero con el tiempo y el espacio.

Nosotros, humildes usuarios y poseedores de la energía, los sueños y el ímpetu que son base de su motor, lanzamos piedras al aire con tal de atizar a la gigantesca gallina de los huevos de oro. Pero es solo una ilusión. Atinar en el blanco de cualquier sistema acutal significa ser defenestrado o sobornado al instante.

 

El negocio es quien nos levanta cuando solo queremos llorar.

Quien, una a una, nos coloca cada capa de cebolla, equipándonos con etiquetas que habrán de valernos para no destacar demasiado ni dar excesiva pena. Es también quien nos susurra el material del que está hecho cada gris, convirtiendo realidades opuestas a nuestro destino legítimo en una desgraciada suerte de caramelos que engullimos, desesperados con tal de no estar muertos en vida.

 

El negocio nos conoce mejor que nosotros mismos.

Sin embargo, ¿Conocemos los de a pie la naturaleza que nos envuelve?

Burros que se creen unicornios.

Eso es lo que somos.

Hacemos gala de nuestras bellas alas, venidas de tiempos remotos en los que nacimos.

Nos jactamos de nuestras trayectorias, como si nuestro sudor fuera más valioso que el sufrimiento de la mayoría de bestias usadas en la causa ganadera - cultural.

Nos vanagloriamos de haber salido adelante, sosteniendo en la palma de nuestras manos un mérito, a todas luces, ridículo y efímero.

Todo ello lo metemos en el horno de nuestro ego, hinchando resultados mientras, a la defensiva, aceptamos la herida, cual tigre desamparado y aplastado en su orgullo.

 

El negocio nos trata como meras fichas de un ajedrez mayor. Tan inconmensurable como cercano nos resulta el cosmos vecino.

 

Nos quejamos de todo.

Abogamos por la frialdad del siglo XXI.

¿Pero qué diablos hacen las personas que están viviendo ese siglo?

Seguramente te lo preguntes ante la previsión de unas holgadas horas de trabajo impuesto.

Quizá ante una maratón de series digitales.

Quizá te distraigas metiéndote tanta mierda como los burros que se consideran unicornios.

El resultado va a ser el mismo.

 

La zona de confort es la culpable, pero la solución no está en distraerse.

La respuesta, como todo problema colectivo, no radica en una solución megalómana y absolutista.

¿Te crees inocente?

¿Crees que este negocio regala y dispone con la justicia equivalente a tu trabajo?

A nivel personal, puedes irte a la mierda.

A nivel corporativo, ya estás en ella.



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