La "noche de Guy Fawkes" se origina en la Conspiración de la pólvora de 1605, una conspiración fallida de un grupo de católicos ingleses provinciales para asesinar al rey protestante Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia y reemplazarlo con un jefe de estado católico. Inmediatamente después del arresto del 5 de noviembre de Guy Fawkes, atrapado protegiendo un alijo de explosivos colocados debajo de la Cámara de los Lores, el Consejo de James permitió al público celebrar la supervivencia del rey con hogueras, siempre y cuando se realizaran "sin ningún peligro o desorden ".
“Este concierto se lo dedico a la señora Justicia en honor a las vacaciones que parece se está tomando”
El film que nos ocupa, que impregna este evento promocional, no es otro que V de Vendetta.
Una película que, de encontrarnos dentro de la novela ‘El Símil: Día del lector’, podríamos tratar de analizar, siempre con la mente puesta, cómo no, en territorio de la salud mental.
La figura de V aúna en un solo individuo el grito de guerra con el que los enfermos mentales claman justicia. Torturado, este personaje resiste el embiste de un encierro más que conocido por aquellos que adolecemos de alguna patología. La estratagema que idea con tal de colaborar en la construcción de un mundo mejor puede ser más o menos agresiva, más o menos radical y más o menos correcta, pero no estoy aquí para juzgar eso.
“Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso. Bajo esta máscara hay unos ideales, Señor Creedy. Y los ideales son a prueba de balas”
Cuando una depresión leve anida en el interior del ser humano, no tardará en exteriorizarse en síntomas de una fatiga mental que causa mella.
Sin embargo, en patologías más agudas, los efectos son tan demoledores que no queda otra que enmascararse ante una sociedad, por desgracia, sumamente estigmatizadora.
A menudo, el hecho de portar la máscara para poder sobrevivir deja una sensación de necesitar gritar a pleno pulmón ante la presión de un cojín que ahoga todo auxilio posible.
“Imagínese el virus más terrible que pueda y luego imagínese que solo usted tiene la cura. Si su meta es el poder, ¿cuál sería la mejor forma de usar esa arma?”
Creo que la capacidad que ostentan las enfermedades mentales para dejar a un individuo aislado no se rige tanto por la patología sino más bien por la brutal ofensiva de medicaciones servidas con fría imposición.
Una vez pensé que, si bien mi grito no podía ser escuchado, sí podía leerse a partir de un rastro de palabras más sangradas que escritas. Pronto, la senda se bifurcó en caminos que crearon un laberinto. Más tarde los farolillos alumbraron una salida. ‘La cabaña’ y ‘La taberna’ cimentaron lo que, actualmente, avanza como saga en busca del objetivo inicial.
Presentar de forma fidedigna una problemática que clama al cielo por ser enfocada de otras formas. Que requiere de una profunda revolución en el seno de su rama médica.
Sin más explosiones que las de mundos de cine, mi saga Identidad te presentará a una serie de personajes unidos por un objetivo común: Superar las dificultades generadas por un trastorno para dar con una paz tan ansiada como dinamitada por un terrible monstruo.
Y este 5 de noviembre, querido lector, será gratis para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario