Esta serie pertenece a la obra 'La taberna: Una libreta para el recuerdo'
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En este capítulo - artículo se constata una súbita y profunda reflexión sobre partes muy espesas y complicadas de los sentimientos. Como en una barca que sale por la mañana con un mar en calma ( capítulo anterior ) y se ve de repente envuelta en un rápido cambio a marejada con mar de fondo. Utilizando este simil uno puede entrever veladamente el significado de algunas reflexiones y comprender como de una plácida conversación intrascendente se podía pasar a un ataque fulminante lleno de ira y resentimiento. El mero hecho de poder contemplar esto escrito y en perspectiva es un privilegio del que sin duda el autor comienza a disfrutar. Como los millones de combinaciones de estados marinos las mentes deben tener sus infinitesimales formas de descender a sus abismos. Quizás esta valiente exposición pueda ayudar a más de uno/a a entenderse un poco más. Saludos
ResponderEliminarUn gran símil para ejemplificar lo expuesto en las últimas partes.
EliminarMe alegra mucho que a través de estos ensayos estés comprendiendo quizá con un punto mayor de claridad unos temas de por sí complicados.
El privilegio de poder narrar mi punto de vista durante el proceso de desintoxicación es sin duda un aliciente, de cara a ir montando un mapa improvisado para evitar volver a 'perderme' y por supuesto, ayudar si se da el caso a cualquiera que se encuentre en una situación semejante a las que he ido viviendo.
Un saludo J. Carlos :)
Me alegro mucho que ahora veas las cosas diferentes y que no te tires a los abismos, que tanto dolor han causado. Me parece muy valiente de tu parte decidir no volver ha abrir esas puertas nunca mas por muchas tentaciones que tengas, al igual que en el tema de beber alcohol.
ResponderEliminarSigue asó -_^
Yo también me alegro :)
EliminarHa resultado un proceso largo de aprendizaje y autoconocimiento, pero parece que está dando algunos frutos.
Gracias por comentar, gracias por estar ahí.
Un abrazo Silvia
Como la cara oculta de la Luna, aunque no sean visibles, aunque se susurren... nadie puede negar que los abismos existen y como la espada de Damocles se balancean sobre nosotros, sobre nuestra propia alma amenazándonos constantemente. Nadie puede afirmar que no ha estado bien a sus puertas, bien conociéndolos. Todos nosotros tenemos esa parte oscura en que nos encontramos con nuestro reflejo reverso, con nuestro doppelgänger, y que no sabemos si vamos a domar.
ResponderEliminarPero como bien explica y ha estado contándonos el autor desde el principio la propia experiencia y los malditos errores en ocasiones nos permiten ganar en lugar de perder. Poder tener tus propios demonios desterrados y a buen recaudo es un lujo al alcance de pocos. Máxime cuando sabes que eres falible y que tan sólo estás a un mal día de dejarlos salir. Un instante de bajar la guardia será suficiente.
Pero como bien nos dice este episodio, conocer de dónde vienes y a dónde vas, saber lo que has ganado ya por derecho propio y lo que podrías volver a perder, tener claras todas esas sensaciones y percepciones... en resumen: comprender lo que acontece dentro de ti.
Esa es la llave que comenta Víctor, la del cielo que queremos mirar plácidamente tumbados sobre la hierba, para poder vivir con la mayor intensidad posible.