RESEÑA DE 'LA TABERNA: UNA LIBRETA PARA EL RECUERDO'
por Keren Verna
Para leer la reseña en el blog de Keren sigue este enlace
NOTA DEL AUTOR
Respeto mucho el blog de Keren Verna así como a su administradora, también escritora en tierras argentinas, desde que cruzando una serie de comentarios en Un Universo en Palabras en las entrañables entradas que moran dedicadas a mi gata Chi aterricé en su hogar online, ese blog que entra por lo ojos para atraparte con la profundidad y mimo de cada una de sus palabras.
En mi caso fue la misma biografía, la presentación de Keren, lo que me convenció y animó a partes iguales a seguir la trayectoria, ojalá a compartir parte del camino, con una persona en la que intuyo un gran valor humano.
Desde hace un par de meses quedó colgada en su web nada menos que una reseña a una de mis obras, concretamente ‘La Taberna’, fruto de la lectura conjunta que mi apreciada Rocío tuvo a bien organizar desde Ficción Romántica.
Y qué decir de la reseña.Podría intentar dibujar la ilusión que me hizo y me sigue haciendo leerla; el respeto que supura por mi obra en todo momento.Podría perderme en elogios al trabajo de diseño en todas y cada y una de las imágenes que plasman citas del libro.
Diré simplemente que, si yo fuese Joel, si Joel fuese Víctor, no aguardaba un final feliz a la historia cíclica.
He sido ingresado en un psiquiátrico desde que entró Enero hasta este inminente San Valentín.Y gestos como esta reseña, que recomiendo mucho leer en su morada original, me han hecho remar con más fuerza, con más ilusión, como si pese a la injusticia y el dolor hubiese algo en esta vida por lo que siempre mereciese la pena luchar.
RESEÑA
Leí este libro como
parte de una propuesta de lectura conjunta que ya he comentado en
otro post.
La Taberna: una
libreta para el recuerdo narra el desafío de superar ciertos
padecimientos y emociones.
Los abismos personales representan un lugar al que cada uno de nosotros podemos encontrar acceso, abriendo puertas que fabricamos con nuestra experiencia personal.
Joel deberá
enfrentarse a su bipolaridad y dejar de lado al alcohol para hallar
otras maneras de convivir y seguir adelante. Uno de los recursos del
que se vale es registrar en una libreta, hasta ficcionalizar, sus
estados y volcarse en lo que lo rodea, como el mar que se me ha
presentado como simbólico. El agua es signo de cambio, de movimiento
y es usada en muchos ritos como bautizos para renacer.
El mar seguía tan serio como de costumbre. La última vez que sintió sus carcajadas él era una maldita luciérnaga de esperanza tan solo atormentada por un sinfín de pesadillas, que peleaba con las olas inventando docenas de inverosímiles movimientos.
…emergió del lago tras el primer enfrentamiento, agotado y con sangre de anaconda en su machete.
Escribir, el arte,
es sanador, permite abrir un espacio de reflexión, pensar realidades
posibles, romper con el molde que te empuja a vivir una vida que, en
muchos aspectos, nos resulta hasta ajena. Esta misma experiencia de
escritura se halla en La taberna con sus diversos registros: una
libreta en la cual el protagonista se explaya sobre sus pensamientos
relativos a su tratamiento y sus progresos, la experiencia de Joel,
la historia del espacio de la taberna y las palabras finales de tono
ensayístico; estas voces confluyen en el mismo conflicto: el
padecimiento y las formas de superarlo.
Esta multiplicidad
de voces es un punto interesante ya que coloca a esta obra entre una
novela y un ensayo, además del género de autoayuda. Me atrevería a
decir que está cercana a la técnica de pastiche donde el autor se
vale de varios registros, en este caso, como mencioné: narrativa con
la historia de Joel y la taberna, el registro de la libreta, el
ensayo con la experiencia personal.
A medida que leía,
pensaba en la semejanza de los sufrimientos humanos, ya que me sentí
identificada en muchos pasajes. Incluso, hoy día contamos con
especialistas que ayudan a sobrellevar estos sufrimientos:
psicólogos, psiquiatras, terapeutas varios; además, un sinfín de
teorías que hablan sobre el tema con sus corrientes distintivas.
Más allá de la
experiencia personal de padecer algún trastorno o engancharse a
algún consumo, no puedo dejar de pensar este tema a nivel social. Se
nos vende una botella de cerveza como “es bueno para ti”, “el
placer del momento”. O una gaseosa: “Destapa la felicidad”. O
la propaganda de un cigarrillo: “Sé feliz. Ten suerte”, “Siempre
es un placer”. Consumir nos da “felicidad”, “placer”.
Cuando leo estas frases me acuerdo de Un mundo feliz de Huxley, que
releí hace unos días, y el consumo de una pastilla llamada soma.
¿Cuántos somas nos venden y consumimos por día en formato de
comida, tabaco, alcohol o medicamentos? Creo que es terrible este
último caso, con las farmacéuticas y su intento por aventar al
mercado las drogas bajo publicidades en los medios en las horas pico
de audiencia: “Tabletas aspirinas, el fin del sufrimiento”, “El
inicio de un día exitoso”.
La lectura me llevó
a reflexionar sobre mi vida y sobre nuestra sociedad, a detenerme en
varios pasajes para registrar también, como en la libreta de Joel,
aquellas ideas que me generaba.
En la lectura me
acerqué al crecimiento personal que conlleva enfrentarse a una
crisis y hallar la manera de superarla. Es un libro valioso por lo
esperanzador y una lectura que enriquece.
Cierro esta entrada
con las otras frases del libro que estoy compartiendo por las redes.
¿Se llevan alguna?
NOTA:
Adjunto 3 simples ejemplos de diseños de citas de mi obra por parte de Keren Verna
No hay comentarios:
Publicar un comentario