Cuando un trastorno
bipolar se desestabiliza depende del ingenio de uno qué forma dar a
la realidad individual de la que está a cargo.
Si uno
está solo en la vida debería poder ser libre de autodestruirse.
El
problema es que si eso molesta a las buenas personas, resulta
fácilmente medible el dolor que causará a los familiares que le
queden, cerca o lejos, o incluso a amigos de los que ni es consciente
que uno resulta una persona importante.
La raíz está en
que cada individuo es importante.
Cada proceso de
aprendizaje es respetable.
Incluso el de un egocéntrico
payaso como yo, que busca con estas líneas un colofón que suponga
una daga para mi novia o mis padres, una granada para mi hermana y mi
cuñado o un virus mortal para el resto de los que me lean y que, si
amablemente me comparten, suponga el contagio para cuantas más
personas mejor.
Eso es empezar con mal pie el
año.
Gastando dinero, derrochando, cuando no
tienes.
Solo para sentirte acompañado por personas que
sufren tanto o más que tú mismo, que tienen su vida a la cual no te
han abierto la puerta, o directamente la cerraste tú de un
portazo.
Solo por un día.
Mañana todo será
mejor.
Unas horas y dormirás.
Unos instantes y
pesadillas.
Unos minutos y la manía bipolar te despertará como
un misil.
Hasta que puedas hablar con alguien digital que
te de la mano para llevarte a la conversación con tus padres que te
llevará a los bares donde tus amigos te entretendrán hasta
que…
John Lennon lo dijo.
Algo así como que
caminante no hay camino.
Algo así como que se hace camino
al andar.
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