martes, 9 de agosto de 2016

Experiencia bipolar sin alcohol: Parte IX



Esta serie pertenece a la obra 'La taberna: Una libreta para el recuerdo'

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3 comentarios:

  1. Los buenos momentos siempre son muy importantes ya que es lo que nos anima a seguir luchando. Pero si se cogen de forma obsesiva dejan de ser "buenos". Son fugaces, pero por eso tienen su gracia, por qué siempre puedes tener muchos y siempre los puedes recordar con cariño sin necesidad de "gastarlos" y después verlos con tesorera por qué no se han repetido por mucho que lo has intentado repetir

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  2. La vida es tan sencilla que no somos capaces de comprenderla, y la corrompemos y la doblamos y la complicamos y la viciamos.
    La vida está compuesta de buenos y de malos momentos. Y esos momentos son fugaces siempre en nuestra cabeza, aunque curiosamente se vuelven eternos. Los moldeamos y cambiamos con su uso, sí. Pero están ahí. Y debemos entender que habrá buenos momentos y malos momentos. Y todos ellos tendrán su importancia y sus repercusiones. Pero pasarán y seguiremos adelante. Y serán una bonita maleta que abrir de vez en cuando para recordarnos nuestro pasado.
    Por esa razón es tan importante comprender su brevedad como poder tener una imagen adecuada de ellos. Clara, límpida. Los buenos y los malos. Asumirlos y entenderlos como propios, como parte intrínseca de nuestra propia existencia. En el caso particular del que nos hablar Víctor la distorsión que padecen estos recuerdos dificultan la propia aceptación de los mismos o el reconocimiento correcto de su intensidad. Debe ser muy factible confundir la importancia y el orden correspondiente. No podemos salir a buscarlos, obligarlos a aparecer o esperar mantenerlos incandescentes para nosotros. Y volvemos a recordar las líneas y líneas que nos ha dejado en los anteriores episodios sobre lo complicado que es poder discernir con claridad y actuar en consecuencia cuando el famoso velo aparece ante nosotros.
    Para acabar, dejo unas líneas de Paulo coelho: "La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista. El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños..."

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  3. Con su exposición el Autor nos invita a la reflexión. Con gran detalle nos explica la dificultad de atesorar momentos cuando se está sumido en estados alterados. El mero hecho de que, por fin, goce y padezca su aparición es algo muy bueno. Uno ya empieza a estar acostumbrado a la profundidad y complejidad de sus artículos, cuando aparece uno sencillo y directo se destaca por su mera existencia. Centrándonos ya más en la escritura me reafirmo en mi creencia de que, a pesar de seguir adentrándose en lenguajes e ideas complejas, se aprecia una constante evolución en la forma y contexto de sus escritos. Ganas tengo de verlos plasmados en una obra. En lo que respecta a la serie de artículos solo puedo darle la enhorabuena y que piense en que quizás les irían muy bien a afectados por trastornos a los que les cuesta nisiquiera esbozar los logros que para el Autor son ya hechos constatados .

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