RESEÑA
LA TINTA DE MI CORAZÓN
Puedes hacerte con el libro aquí
RESEÑA DEL LIBRO COMPLETO
¿Qué significa escribir un relato?
Para mí, supone encapsular en algo poco menos valioso que una joya una parte de nosotros mismos. Encontrar el equilibrio entre mente y corazón para danzar con mayor o menor éxito por la ladera de la inspiración.
Como dice la buena de Rocío Laverde, ya en retrospectiva de su obra tan especial, escribir un relato puede, y debe, sorprender a uno mismo.
Escribir un relato hace que abramos de par en par la puerta del mundo, de lo que lo rodea, de lo que lo precedió y cuanto le espera. Hace que crucemos el umbral al multiverso, a lo eterno y a lo infinito. Aunque supongo que, lo más importante, es que actúa de espejo de cuanto llevamos dentro.
Un mundo interior que, en ‘La tinta de mi corazón’, resulta enorme, rico, precioso y sembrado por doquier de la mejor fantasía.
¿Qué tal si subimos la apuesta?
Eso debió pensar Rocío al completar la escritura del primer relato que se nos presenta en este libro.
Como en toda aventura, es el primer paso el que habilita el devenir del gran viaje.
Un viaje en el que Rochi nos invita a agarrar su mano y, a medio camino entre alma, mente y corazón, jugar a discernir de qué pasta están hechos sus utopías e ideales, sus sueños y anhelos, su melancolía y su nostalgia, pero también sus miedos y terrores.
En resumen, se trata de jugar con las palabras.
Como lector no he podido pasármelo mejor haciéndolo.
Estoy seguro de que la autora ha logrado a su vez alcanzar un estado de alegre éxtasis, ya sea pluma en mano, ya sea al pie del relajante sonido del teclear.
Es algo que se sabe, se percibe, se siente y se recuerda cuando uno termina de leer todos y cada uno de los más de cien relatos aquí recopilados.
¿Qué son cien relatos?
¿Qué supone una gota de agua para el océano?
¿En que aliviamos con una gota el furor de un incendio?
Cien relatos son la prueba irrefutable de que un escritor quiere reiterarse en su afán por expresarse. Si, además, se tejen desde lo variopinto, con honestidad y valentía, el resultado responde a todas y cada una de esas preguntas.
El arte es luz, explore lo que explore.
Y solo quien ha vivido prolongadamente en una total oscuridad sabe el valor verdadero de la luz.
Cien relatos se me hacen más un sendero que una parada.
Las semillas que Rocío Laverde ha ido sembrando son, en su mayoría, tan extensibles como ella desee. Minas de gran inspiración que puede ir regando con el transcurso del tiempo.
Es un libro que me sabe a futuro, a cercanía, a sana amistad y a promesas de excelente actitud.
Estoy seguro de que, muy pronto, tendremos de vuelta a Rocío, no sé si dando continuidad a los mundos fantásticos que ha creado o presentando nuevos.
Tanto da, cuando en una sola obra la autora logra que te sientas tan cerca de ella.
Solo me queda hablar del núcleo de ‘La tinta de mi corazón’.
Son muchos relatos, muchísimas historias de muy variada índole.
Pero creo haber sentido por ahí un latido.
Hay un eje que ejerce de motor en esta refrescante lluvia de letras.
El logro que supone que su autora toque tantas teclas con tanto éxito: Su buena fe.
Buena fe con su propia persona, con sus aliados e, incluso, con aquellos que no quieran serlo.
En resumen, un libro que te marca de la mejor de las maneras.
Como el aroma de ese café de la mañana al que cada día regresas.
Como la sensación que te invade cuando pasa lo peor de una tormenta.
No se si será felicidad.
Pero desde luego me supone paz.
La pluma de Rocío Laverde es como un sedante para el alma inquieta.
Mil gracias le mando por haberme presentado la tinta de su corazón.
Lee aquí la reseña del primer tercio de la novela
Lee aquí la reseña del segundo tercio de la novela
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