domingo, 4 de junio de 2023

Reseña de 'Leyendas de Animalia: El devorador de estrellas' (Leyendo en K)

 



RESEÑA 

LEYENDAS DE ANIMALIA: EL DEVORADOR DE ESTRELLAS

por Maria la Klingonesa


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INTRODUCCIÓN




 

Maria leyendoenk llegó al puerto de Villa Bigotes empapada de arriba abajo.

El cielo se había encapotado de la nada desde hacía bastante, y aunque era de prever la lluvia, en ningún momento intuyó semejante chaparrón. Por eso, a la que olió civilización, bien poco tardó en ponerse a cubierto.

Lo que hay cobertizos y cobertizos.

Era una persona humilde, sí. Aunque también temerosa de cruzar ciertas líneas. Y aquel karaoke de poca monta solo tenía de digno los pocos neones que aún le funcionaban con tal de anunciarse.

 

—¿Te has perdido, guapa?

 

Maria se giró hacia el origen de la voz, deseosa de descargar un buen bofetón ante semejante atrevimiento. Pero su sorpresa superó su indignación al comprobar quién era el autor del piropo.

A sus pies, un pequeño renacuajo daba pequeños tirones de sus pantalones bombachos.

Boquiabierta, la recién llegada no pudo más que ver cómo aquel bicho verde proseguía con sus insinuaciones.

 

Al poco supo que se llamaba Áltamir, y que en aquellas tierras la magia era tan poderosa que no había nada mejor que andar con un mago de renombre.

—¿Y bien? ¿Acaso conoces a algún maestro? — Cuando la pregunta de Maria causó que el ceño del renacuajo se frunciese en lo que a todas luces pretendía ser un gesto sexy, la chica miró a Áltamir con estupefacción.

 

Entonces comenzó a caer piedra.

No granizo de menor o mayor tamaño. Piedras como puños.

—¡Rápido, debes besarme y recuperaré mi noble forma!

Maria miraba desesperada la forma de cubrirse de aquello. Solo tenía dos opciones, entrar a la mugrienta Caraoca o besar a un anfibio. Y, a veces, aparte de prudente y reservada, Maria estaba también un poco loca.

 

Cuando sus labios se unieron a los de Áltamir, dos cosas sucedieron.

Primero, el renacuajo se puso más verde aún a raíz de contener una gran carcajada.

En segundo lugar, salió volando ante la patada que le fue propinada.

 

La risa de aquel ser graciosillo pudo escucharse alta y clara antes de que la parábola lo llevase al mar del puerto. 

La lluvia cesó tanto en sólido como en líquido. Y Maria siguió con su camino, tratando de limpiarse la boca a cada paso que daba.

Había aprendido una valiosa lección: No besar a ningún bicho esté cayendo la que esté cayendo.

 

 



 

RESEÑA


 

 

 

En Villa Bigotes alguien se ha hecho adicto al batido de fresa. ¡Menudo revuelo se ha organizado! Hasta un juicio se va a celebrar.


Sin embargo, todo eso se eclipsa, nunca mejor dicho, debido a la repentina y masiva desaparición de estrellas que se observa por todas partes. La familia real se pone así patas y bigotes a la obra intentando descubrir que es lo que ocurre y cómo ponerle remedio.


Embarcados en unos espacios limitados y embutidos en trajes extraños, les toca compartir lugar y, todo puede pasar durante las expediciones que se forman a marchas forzadas. En un espacio reducido, seres tan dispares son capaces de auto extinguirse igual que se están extinguiendo las estrellas.


Nos encontramos en este libro con un batiburrillo de personajes que conocimos en las entregas anteriores de esta saga a los que se une algún que otro nuevo deseoso de darle su toque a la aventura.


De lectura ágil y lleno de aventuras, no te pierdas esta entrega que, como siempre, viene acompañada de las buenas ilustraciones de Vlad Strange.









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