TEJIENDO SUEÑOS
El ganchillo, croché (galicismo de crochet) o tejido de gancho, es una técnica para tejer labores con hilo o lana que utiliza una aguja corta y específica, «el ganchillo» o «aguja de croché» de metal, plástico o madera.
Esta labor, similar al tricotado, consiste en pasar un anillo de hilo por encima de otro, aunque a diferencia de éste, se trabaja solamente con uno de los anillos cada vez.También se denomina ganchillo a las piezas «tejidas» o realizados mediante esta técnica, como pueden ser: colchas, puntillas, centros de mesa, prendas de vestir, etc.
El amigurumi (編み包み? lit. peluche de punto) es una técnica de origen japonés que consiste en tejer pequeños muñecos mediante crochet. Los amigurumis toman forma principalmente de animales como ositos, conejos, gatos o perros, pero también se suelen crear otros muñecos con formas antropomorfas e incluso accesorios como bolsos o monederos.
El amigurumi es en Japón algo más que un simple pasatiempo, ya que forma parte de la cultura kawaii, término que podría traducirse como mono, tierno, adorable.
Tejiendo Sueños es una tienda de amigurumis que nace del empuje y la
iniciativa de Silvia Gual de Libros de Ensueño, un blog del que ya
he hablado a menudo y no por ello voy a cansarme de recomendar a
aquellos que estén enamorados de la lectura o las ilustraciones, dos
de las pasiones de la emprendedora que nos ocupa.
El caso es que
ha encontrado un hueco entre sus costumbres habituales para
sorprendernos con una certera inmersión en el mundo de los
amigurumis, que en muy poco tiempo ha dado resultados de lo más
asombrosos.
Como podéis
comprobar a continuación, a partir de dos de las figuras de las que
dispongo, la calidad de éstas está fuera de toda duda, y no hace
más que verse aumentada.
Recomiendo que si
deseáis conocer más información sobre sus productos conozcáis su
tienda, que podéis encontrar tanto en su página de Facebook como en
la cuenta oficial de Instagram.
Os dejo ahora con un breve
relato que he preparado para la ocasión.
A esa hora donde se
siente, casi se palpa, el silencio de todo cuanto te rodea.
A
esas horas en las que el cansancio ha conquistado la penúltima
batalla y el sueño te vence.
A esas alturas en las que la mente
ansía desconectar para dar rienda suelta a cualesquiera sean los
sueños que aguarden.
Es entonces cuando
la tejedora trabaja con mayor empeño, suma paciencia e insaciable
ilusión.
Va dando pistas para
navegantes de lo que se está cociendo entre sus delicadas manos,
castigadas aquí y allá por las fugaces aunque dolorosas punzadas de
aguja.
Son fotos, instantáneas preciosas que inmortalizan hilos
de colores agrupados en patrones de tan precisa como preciosista
exactitud.
En unas aparece su
mano sosteniendo pequeños animales de bella factura, mientras que en
otras princesas de ensueño aparecen sitiadas por las bestias de la
casa de la tejedora.
Un enorme gato
maine coon olisquea con curiosidad a una tal Aurora enfundada en
rosas pasteles.
Un regordete y calmado gato negro aparece
soporífero, víctima del sueño, mientras la joven va situando un
animal más, y otro más, preparando la foto perfecta mientras
contiene el amago de una sonora sonrisa.
Ese es su mundo
cuando teje, aislada del peligro y el dolor, del cansancio y el
sufrimiento.
Erigida como
capitana de su embarcación de crochet, navega con rumbo firme hasta
que llega el fin de su jornada.
Las cinco de la mañana.
La tejedera suspira
y deja caer hilo y aguja a ambos lados de su cuerpo, recostándose en
su sofá.
Un rápido vistazo bastaría para efectuar la
evaluación y el recuento, pero prefiere tomarse su tiempo. Aún todo
está tranquilo en el ambiente.
Va posando su vista en todos y
cada uno de los amigurumis que, listos para ser puestos a la venta,
al menos esa noche serán sus hijos recién nacidos, y vivirán y
dormirán a su lado hasta que el sol de un nuevo día los enseñe al
resto del mundo.
Desliza su dedo
sobre las fotografías, deteniéndose en una que le arranca la calma
por completo, destrozándole el sosiego.
Tras ella, en la
puerta que da al oscuro pasillo, los ojos brillantes de una alta
silueta la han estado mirando desde no sabe bien cuando.
Muchas gracias por esta entrada, me encanta <3 y tengo mucha curiosidad por saber como continua el relato *___*, espero que no provoque que deje de tejer a la madrugada XDDDD
ResponderEliminarWow, ¡Me alegra que te haya gustado tanto!
EliminarEn cuanto a la continuación... Hm... Es posible que llegue, sí ^^, lo que no garantizo es que el género se salga de a lo que parece apuntar el incómodo final jeje
¡Un abrazo!