En primavera de 2023 nació el canal musical Bipolar Music.
No fue algo fortuito, aunque tampoco se puede decir que fuera especialmente premeditado.
Como muchas decisiones, nació del espectro gris de la interpretación onírica. Un territorio desde el que muchos optan por no tomar decisiones, pues los sueños suelen ponernos en jaque de un modo que, incluso, preferimos negar, disfrazar, maquillar y hasta ocultar.
No es mi caso.
Precisamente de mi trastorno bipolar me llovieron lustros de tanta sobre medicación que el soñar se convirtió en un lujo. Tanto despierto como dormido.
Debido a ello, el que me viese asaltado en unas navidades por un sueño vívido con claro protagonista, alteró mi horizonte cercano situando a dicho elemento de pleno en mi camino.
El piano.
Si bien los sueños vívidos pueden disponer sensaciones ultra realistas al tacto, oído, olfato y demás sentidos, no suelen atinar demasiado en la forma final en que todo se hará realidad. Por eso, seguramente, acabé haciéndome con un sintetizador de 15 teclas en lugar del flamante piano de cola con el que simpáticamente soñé.
¿El resto de la historia?
Aprender a manejar un trasto venido de un mundo del que nunca he tenido más idea que miles de horas de escucha.
Año y medio después, el sueño se hizo físico, el instrumento se convirtió en hobby, y la afición dio, da y dará sus resultados. Sin embargo, estamos aquí, en mi Universo en palabras, para tratar de dar forma a todo un otoño de música bipolar. Y la banda sonora no va a estar sola.
Todas y cada una de las piezas que nacieron desde que el canal vio la luz, van a ser debidamente presentadas, acompañadas por micro relatos que tratarán de captar el núcleo de su esencia.
Bienvenidos al otoño.
Estación de dicha.
De buen humor.
Bienvenidos a Bipolar Music.
No hay comentarios:
Publicar un comentario